¿Te levantas por la mañana y descubres una marca morada en la pierna o el brazo sin tener ni la más remota idea de cómo ha llegado hasta ahí? No eres el único, le pasa a más gente de la que imaginas. A menudo, estos Moratones que aparecen como por arte de magia, sin un golpe previo que los justifique, se despachan con un simple «qué raro» y se olvidan, pero podrían ser mucho más que una anécdota curiosa; podrían ser una llamada de atención silenciosa que tu propio cuerpo te está enviando, una señal que no deberías ignorar tan a la ligera.
Esos hematomas espontáneos, esas manchas que van del violáceo al amarillento verdoso con el paso de los días, a veces son solo eso, marcas sin importancia debidas a un pequeño tropiezo olvidado o a una presión inadvertida durante la noche. Sin embargo, cuando se vuelven frecuentes, extensos o aparecen en lugares poco habituales sin causa aparente, la historia cambia. Podrían estar indicando desde una simple fragilidad de tus vasos sanguíneos más pequeños hasta problemas más serios relacionados con la forma en que tu sangre coagula, o incluso déficits importantes de vitaminas esenciales para la salud vascular y la cicatrización, revelando un desequilibrio interno que merece, como mínimo, una reflexión y, en muchos casos, una consulta médica para salir de dudas y atajar el problema si existe.
3LA DESPENSA INTERNA VACÍA: EL PAPEL CRUCIAL DE LAS VITAMINAS

No solo la mecánica de la coagulación influye en la aparición de moratones; la propia integridad de los vasos sanguíneos y la capacidad del cuerpo para repararlos dependen en gran medida de un suministro adecuado de ciertos nutrientes. Cuando hablamos de moratones espontáneos, dos vitaminas saltan a la palestra: la vitamina C y la vitamina K. La vitamina C es fundamental para la producción de colágeno, una proteína esencial que da estructura y fortaleza a las paredes de los vasos sanguíneos, por lo que su déficit puede hacer que los capilares sean más frágiles y propensos a romperse, provocando esos Moratones con suma facilidad.
Por su parte, la vitamina K, como ya hemos mencionado de pasada, juega un papel insustituible en la cascada de la coagulación, siendo necesaria para la activación de varios factores clave. Un déficit severo de vitamina K, aunque menos común en adultos sanos con dietas equilibradas, puede llevar a problemas de sangrado y a la aparición fácil de Moratones. Las causas de estas deficiencias vitamínicas pueden ir desde una dieta muy pobre y desequilibrada hasta problemas de malabsorción intestinal (como en la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn), o el consumo crónico de ciertos medicamentos que interfieren con su absorción o metabolismo, haciendo que el cuerpo no disponga de los ladrillos necesarios para mantener a raya las hemorragias capilares.