La noticia de la venta de Telefónica Perú, a pesar de que era esperada, ha resultado una sorpresa para los mercados por dos razones; la primera, que se ha producido de manera más rápida de lo que cabía esperar por la complejidad de la filial, ya que estaba en concurso de acreedores desde el pasado febrero. La segunda, el escaso precio de venta, 900.000 euros, que se aleja y mucho de la valoración económica real, problemas aparte, que los analistas sitúan en unos 528 millones de euros. No obstante, que Telefónica se libre de un negocio en decadencia, para centrarse en su nuevos propósitos de consolidación en los mercados donde está triunfando, es positivo para los especialistas consultados.
La venta se conocía este domingo por la noche, con la publicación de los términos de la operación en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El anuncio indicaba que Telefónica HispAm había vendido el 99,3% del capital de Telefónica del Perú a Integra Tec Internacional por 3,7 millones de soles peruanos, es decir, unos 900.000 euros al cambio. Según el comunicado, Integra se ha comprometido a lanzar una OPA por 0,7% del capital en manos de accionistas minoritarios. La firma y el cierre de la operación se ha realizado de forma simultánea, por lo que ni Telefónica ni Integra pueden ya echarse atrás, y que el dinero está ya en la caja de la teleco española.
se ha vendido por solo 900.000 euros, «compatible con la difícil situación por la que atraviesa Telefónica del Perú», aunque muy alejada de la valoración del negocio de Telefónica en aquél país, que «estaría en los 528 millones de euros»
Los mercados saben y prevén que Telefónica vaya anunciando desinversiones en su división HispAm que le aporten dividendos y posteriores ahorros, que le van a venir muy bien para fusionarse o comprar operadoras españolas con el fin de consolidar su principal mercado, España, para luego hacer lo mismo a nivel europeo. Por esa razón, desde Renta 4, Iván San Félix, ve positivo que esta venta de la filial andina, aunque esperada, se haya producido tan pronto porque «la compleja situación por la que está atravesando Telefónica del Perú habría llevado más tiempo a realizar la venta«.
Este analista entiende como demasiado bajo el precio de venta, que no llega ni al millón de euros, pero entiende que es «compatible con la difícil situación por la que atraviesa Telefónica del Perú», aunque lamenta que está muy alejada de la valoración del negocio de Telefónica en aquél país, que para Renta 4 estaría en los 528 millones de euros, aunque muestra su comprensión al indicar que esta operación «permite a Telefónica disminuir el riesgo considerablemente«.
EL PRECIO DE VENTA, UN MAL MENOR
Desde Bankinter también ven la venta como un mal menor, ya que la operación anunciada y cerrada en Perú «cierra una trayectoria de pérdidas y conflictos con el Gobierno peruano», que habría supuesto la prolongación de una agonía con mayores pérdidas monetarias.
Según Elena Fernández-Trapiella, analista de Bankinter, esta venta «generará minusvalías de, al menos, 620 millones de euros (el 2,8% de la capitalización del grupo)», cuando «el capital de Telefónica del Perú ascendía a diciembre de 2023 a 720 millones de euros», y explica que si la situación en la filial «podría ser el impacto negativo que encaje el valor (minorado por los 900.000€ percibidos por la venta), además del riesgo de pérdida del préstamo de 394 millones de euros» que la matriz, Telefónica Hispanoamérica, había hecho a la filial a 18 meses para atender a sus necesidades operativas de caja.
Luís Padrón, de GVC Gaesco, por su parte, pone el foco en que las dificultades por la que atravesaba la filial, al indicar que la compañía estaba en «Procedimiento Concursal Ordinario por una deuda que le reclamaba el Sunat (agencia tributaria de Perú)» y que «durante el año 2024 registró un Ebitda negativo de 188 millones de euros», es decir, casi la mitad de los «-400 millones de resultados conjuntos de todo telefónica HispAm«.
la división Hispanoamericana «eleva la prima de riesgo del grupo al ser mercados con elevada inestabilidad política, inseguridad jurídica y fiscal y volatilidad de sus divisas.
Padrón señala una duda, dado que la compañía no ha determinado si el precio de venta es «Valor Empresa o solo Equity» (lo que valdría telefónica Perú en bolsa si cotizara). Este analista apunta la parte más positiva de esta venta anunciada por sorpresa a última hora de un festivo; «La compañía avanza en la desinversión de activos y abandono de países», al mismo tiempo que su presidente, Marc Murtra, «sigue lanzando mensajes de consolidación en sus mercados de referencia que son España, Alemania, Reino Unido y Brasil«, por lo que finalmente determina una «valoración neutral de la noticia», el hecho de que el grupo Telefónica se haya librado del lastre andino.

TELEFÓNICA DEL PERÚ, EL MAYOR LASTRE DEL GRUPO
Tal y como explica Fernández-Trapiella desde Bankinter, la situación financiera de Perú se ha visto «muy negativamente afectada por las contingencias fiscales y decisiones administrativas que han colocado a la compañía en una posición de desventaja competitiva». El proceso de reestructuración reflejaba la difícil situación de Telefónica del Perú, donde el grupo mantenía abierto un arbitraje ante el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a inversiones) en el que Telefónica reclama 1.122 millones de euros al Gobierno peruano por impuestos pagados en el país y provisiones fiscales pendientes de abonar.
En los 9 primeros meses de 2024 los ingresos de Telefónica Perú disminuyeron en un 8,1%, y el Ebitda se situó en menos 43,2% en un entorno de fuerte competencia. Para Telefónica Hispam, las caídas fueron del -4,8% y del -6,7% respectivamente. «Telefónica está intentando acelerar la desinversión de sus negocios en Latinoamérica. Su plan estratégico incluye la venta de las filiales que aglutina en Telefónica Hispam (Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Venezuela) para centrarse en sus mercados principales España, Brasil, Alemania y Reino Unido.
Cabe recordar que Perú se une ahora las ventas de las filiales de Argentina y Colombia que Telefónica recientemente ha cerrado. Para la analista de Bankinter, en general, la división HispAm «ha sido un lastre. Con un peso en el Ebitda consolidado del 12% a septiembre 2024 y un margen Ebitda de 18,1% versus 31,8% para el grupo». Además, según indica, la división Hispanoamericana «eleva la prima de riesgo del grupo al ser mercados con elevada inestabilidad política, inseguridad jurídica y fiscal y volatilidad de sus divisas«, lo que además se ha visto agravado en los últimos años por lo «nuevos entrantes (competencia comercial) que han aumentado el perfil competitivo en esos mercados».