sábado, 19 abril 2025

Una información sobre la reina Sofía revoluciona la Semana Santa de la Familia Real

La Semana Santa de este año ha llegado con una inesperada protagonista en el seno de la Casa Real española. La reina Sofía, a sus 86 años, ha tomado una decisión que ha causado un notable revuelo dentro y fuera de los círculos institucionales, rompiendo con lo que hasta ahora era una costumbre compartida y dejando entrever diferencias personales y simbólicas con la reina Letizia. Lejos de quedar relegada a un segundo plano, la figura de la madre del rey Felipe VI se ha situado en el centro del interés mediático por su elección de vivir estos días santos con una intensidad que contrasta con el silencio en la agenda oficial de otros miembros de la familia real.

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La reina Sofía viajará a Sevilla

Durante su estancia en Sevilla, la emérita planea asistir a varias de las procesiones más representativas. Entre ellas, ha mostrado especial interés por tres hermandades históricas: la Macarena, el Silencio y Jesús Nazareno. La primera, famosa por el fervor que despierta en toda España, representa una de las advocaciones marianas más queridas del país. La segunda, conocida por ser la cofradía más antigua de la ciudad, encarna el recogimiento y la tradición más sobria. La tercera destaca por la imagen singular del Cristo portando la cruz invertida, una representación que ha captado la atención de la reina en otras ocasiones.

Mientras ella se entrega con entusiasmo a estos días de profunda religiosidad, la figura de don Juan Carlos vuelve a estar envuelta en controversia. El rey emérito ha iniciado dos procesos judiciales —uno contra el político Miguel Ángel Revilla y otro contra Corinna Larsen— en un intento de restaurar su imagen pública, ampliamente deteriorada en los últimos años. Sin embargo, la Casa Real se ha desvinculado por completo de estos pasos legales, dejando claro que el camino que ha emprendido el exmonarca se aleja de la postura institucional de Zarzuela.

En medio de este contexto, la reina Sofía ha optado por mantenerse al margen de las decisiones de su esposo. La distancia entre ambos, tanto personal como mediática, es cada vez más evidente. Lejos de mostrarse afectada por las acciones del rey emérito, doña Sofía continúa centrada en su labor institucional, la cual ha mantenido con firmeza y discreción a lo largo de los años. A pesar de los altibajos familiares y las tensiones internas, su perfil se ha mantenido como el de una figura respetada, constante y comprometida con los valores tradicionales de la monarquía.

A ello se suma la preocupación que le provoca la salud de su hermana Irene de Grecia, quien atraviesa un momento delicado. Esta situación no ha impedido que la reina Sofía siga cumpliendo con sus responsabilidades públicas. Hace solo unos días, apareció en un acto oficial mostrando un semblante sereno y optimista, lo que muchos interpretaron como una clara señal de fortaleza y profesionalidad.

En definitiva, la reina Sofía se reafirma como una figura clave en el entramado monárquico, ajena a las polémicas y fiel a su esencia. Su participación en la Semana Santa de este año no solo reafirma su devoción religiosa, sino que también pone de manifiesto una personalidad coherente, discreta y alejada de los focos, que no necesita gestos grandilocuentes para seguir marcando la diferencia.

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