La televisión es un espejo que en muchas ocasiones refleja más sombras que luces. Hace ya más de una década, Sonia Walls entró en Gran Hermano 2013 como una concursante más, pero salió con una historia que para ella desnuda la verdadera forma de ser de la presentadora Mercedes Milá.
Ahora, en el podcast Helado oscuro, la canaria ha vuelto a recordar aquellos meses en los que sostiene haber sufrido desprecios, humillaciones y un trato vejatorio por parte de la presentadora icónica. «Mercedes es muchísimo peor fuera de cámaras» -sentencia Walls, abriendo un debate sobre los abusos de poder en platós de televisión.
3UNA EVOLUCIÓN EN GRAN HERMANO

Sonia Walls no solo se refiere al pasado, sino que lanza una pregunta incómoda: ¿puede suceder hoy en día lo que pasó anteriormente? Y su respuesta es: «Mercedes no podría hacer lo que hizo hace diez años. Estaría del todo mal visto». La sociedad ha cambiado, los límites del humor, y el trato de las personas se han modificado, y los escándalos por acoso o maltrato han pasado a ser escándalos de manera general.
Pero en la narración hay una contradicción, ya que Walls reconoce que a pesar de lo vivido con su participación en Gran Hermano, recibió beneficios económicos inmediatos. Por una entrevista en Sálvame Deluxe cobró 32.000 euros y rechazó 40.000 euros más por posar para Interviú. «No por vergüenza, sino porque sabía que esa portada me seguiría toda la vida», confiesa. «El dinero era muy tentador, pero no quería que me recordaran solo por eso».
El dinero, sin embargo, no puede cerrar las heridas. Su testimonio se agrega al testimonio de otros, que también han hecho que muchos de los realities o concursantes se replantearan los métodos que han utilizado estos programas de televisión a lo largo de los años. ¿Dónde se encuentra el límite del uso de la realidad, pues vale la pena preguntarse, entre el entertainment y la explotación? ¿Hasta qué punto son conscientes los concursantes de lo que van a firmar?
Walls no tiene las respuestas a este tipo de preguntas, pero su testimonio invita a reflexionar acerca del precio de la fama, así como de la ética de aquellos que llevan las riendas. “Ahora veo a nuevos concursantes y pienso: ¿realmente son conscientes de lo que se están metiendo?”, se formula la pregunta. Este es un hecho, si su testimonio cuenta como algo verídico, Mercedes Milá no ha dicho la verdad y la televisión, tiene todavía algún examen pendiente con la decencia.