Operadoras como Finetwork, Adamo, Vodafone España y la misma Digi, están ya en el escaparate del mercado de las operadoras españolas por sus características corporativas, o por sus activos, como redes o clientes, que pueden aportar. El sector va a protagonizar a partir de la segunda mitad de este mismo año un ir y venir de negociaciones, acuerdos, compras o fusiones encaminadas a consolidar el mercado de las telecomunicaciones español. Los analistas valoran las opciones al calor del anuncio realizado por el presidente de Telefónica, Marc Murtra, durante la recién celebrada Junta de Accionistas de la compañía el pasado jueves, en la que especificó que la consolidación de las telecos europeas pasaba primero por la consolidación nacional en España.
En su discurso Murtra dejó claro que valoraba realizar consolidaciones intramercado, para después crecer hasta que Telefónica sea una de las tres o cuatro grandes telecos inversoras de infraestructuras digitales de Europa, su prioridad como mercado. Pero antes, hay que cambiar y desfragmentar una España plagada de telecos, donde se superponen o redundan recursos como varios cables de fibra óptica FTTH en una misma unidad inmobiliaria, marcas de operadoras que rebajan los precios en el mercado low cost y codazos para conseguir portabilidades.
La centenaria operadora española tendrá que valorar y negociar hasta conseguir dejar en tres grandes telecos el mercado de la inversión y las infraestructuras en España
Consolidar un mercado excesivamente fragmentado va generar sinergias corporativas que liderará Telefónica, porque es un camino que todavía está acabando de andar MasOrange, fusionada hace un año, y que la convirtió en la mayor del país en cuanto a número de clientes. La centenaria operadora española tendrá que valorar y negociar hasta conseguir dejar en tres grandes telecos el mercado de la inversión y las infraestructuras en España.
Por esta razón, los analistas conocedores en profundidad del mercado de las telecomunicaciones español y europeo valoran que tras la transformación y simplificación de Telefónica a nivel interno, el estudio de las distintas posibilidades en el mercado que se va a realizar mediante la «reflexión estratégica», que se llevará a cabo en la teleco durante este 2025, puede acabar con la propuesta de nuevas FiberCo, nuevas NetCo, o con alguna propuesta de adquisición que organice y transforme el mercado español.

FINETWORK Y ADAMO, LA SUMA DE CLIENTES E INFLUENCIA TERRITORIAL
Murtra lamentó en su discurso en la Junta de Accionistas que no haya «una sola empresa europea entre las empresas que lideran el cambio digital» y confirmó que Telefónica se pondría al frente de la revolución europea. Esta no será posible sin que las autoridades comunitarias cambien el paso y su Comisión de Competencia vea con buenos ojos la compras y fusiones en un mercado que ha mantenido así para asegurar la competencia en cuanto a precios para la accesibilidad ciudadana. Pero sin fortaleza financiera, no hay inversión en redes, y sin ella España, y Europa, seguirán quedándose atrás.
Crear grandes compañías tecnológicas, «con mayor escala y capacidad de inversión, con base de clientes amplia y balances más sólidos», para liderar el cambio digital y hacer frente a «titanes que dominan mercados casi monopolísticos», como Google, Amazon o Meta, en el caso de Telefónica pasa por hacerse fuerte en España.
En nuestro país los analistas ven viable que se fije en los clientes de la operadora alicantina Finetwork, que pasa por un tenso momento corporativo desde que se quedara sin CEO, tras la salida de Oscar Vilda el pasado mes de diciembre.
Aunque el pasado mes de febrero el banco de inversión privada Kai Capital, fundado por el empresario Alfredo Pérez, amplió su participación en la operadora, que ya es OMV por sí misma, al ejecutar el préstamo convertible firmado en 2024 por valor de 10 millones de euros, totalmente bienvenido por el fundador de la operadora y presidente, Pascual Pérez, que junto el director general de Negocio, Manuel Hernández y el director de Tecnología, Carlos Valero forman el «comité de transición» mientras no encuentre un nuevo CEO.
con ese número de clientes, con su escaso legacy tecnológico, pocos activos y una estructura organizativa nada sobredimensionada, finetwork resulta ser un a organización de fácil absorción en caso de ser comprada,
El anterior, Óscar Vilda, dejó caer en declaraciones públicas que Finetwork podría estar abierto a ofertas de compra o fusiones. Según sus últimos resultados, en 2023 registró un flujo de caja negativo de 33 millones de euros y una deuda que alcanzó los 98 millones de euros a finales de 2023. En diciembre de 2024 Finetwork contaba ya con 1.3000 clientes en nuestro país, de los que un millón lo son de líneas móviles y el resto de banda ancha fija (FTTH).
Los analistas consultados indican que con ese número de clientes, con su escaso legacy tecnológico, pocos activos y una estructura organizativa nada sobredimensionada, Finetwork resulta ser una organización de fácil absorción en caso de ser comprada, además de que sus cuentas están muy saneadas respecto a otras operadoras del país. Aunque podría haber fondos de inversión interesados en el proyecto, el camino de la consolidación pasa por hacer crecer a telecos industriales como Telefónica, no a corporaciones financieras.
Telefónica no necesita integrar poco más de un millón de clientes, que mal no vendrían, pero si los suma en sus filas, no están en las de la competencia. No obstante, otras voces señalan que Finetwork ha realizado muchos cambios corporativos recientemente, y «hasta que no estabilice su estrategia, la valoración de su negocio resulta complicada«.
Adamo está valorada en unos 300 millones de euros, valoración que según los analistas consultados «ahora está fuera de mercado»
El caso de Adamo resulta más atractivo si cabe. La compañía está presente en unos 2.400 municipios de los que el 80% son pueblos con menos de 5.000 habitantes a los que ofrece telefonía fija, móvil, conexión a internet por fibra óptica y TV a la carta.
El fondo francés Ardian es su accionista mayoritario, y ha reconocido que quiere vender la operadora, por lo que ha encargado al banco nipón Nomura, especialista en este tipo de operaciones, la búsqueda de un comprador para su ‘retail’. El fondo está buscando desde mediados del pasado año entre las principales telecos españolas un comprador para los activos del segmento residencial de la operadora especializada en entornos rurales.
Adamo está valorada en unos 300 millones de euros, valoración que según los analistas consultados «ahora está fuera de mercado», por lo que según vaya pasando el tiempo, los franceses deberán ser realistas y bajar sus pretensiones. La oferta no incluye los activos de redes y los servicios mayoristas de Adamo, valorados en unos 1.000 millones de euros, ya que cuenta con acuerdos bilaterales con todas las operadoras que trabajan en España, hasta contar 250 tanto grandes como pequeñas.
VODAFONE O DIGI, PARA CONSOLIDAR A LO GRANDE
El cambio de gobierno en la Comisión Europea, con una nueva consejería de Competencia dirigida por la española Teresa Ribera, y dos informes demoledoramente claros, en lo que al camino que deben recorrer los sectores industriales estratégicos europeos para fortalecerse y empoderar a la región de los 27, el de Letta, y el de Draghi, han abierto puertas y ventanas para que se airén aquellas fusiones y adquisiciones que formarían grandes corporaciones europeas capaces de plantar cara a las chinas y estadounidenses.
Esa es la razón por la que una vez el fondo británico Zegona, que adquirió el negocio español de Vodafone Group el pasado año, con unos tres millones de clientes, vea que puede recuperar con creces su inversión de 3.669 millones de euros, el movimiento natural es que sus infraestructuras y clientes caigan en brazos de otra teleco industrial, y Telefónica ya ha dejado claro que podría estar dispuesta.
una vez el fondo británico Zegona, que adquirió el negocio español de Vodafone Group el pasado año, con unos tres millones de clientes, vea que puede recuperar con creces su inversión de 3.669 millones de euros, el movimiento natural es que sus infraestructuras y clientes caigan en brazos de otra teleco industrial
Y luego está Digi, la que se ha convertido en la cuarta operadora española por número de clientes, pues ya suma más de 8,4 millones de usuarios, y cuya capitalización como grupo que cotiza en su Rumanía natal se sitúa en los de 6,8 mil millones de leus (la moneda local rumana), es decir, unos 1.300 millones de euros al cambio, aunque la web especializada Investing sitúa la capitalización de la compañía en 928,01 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que su valor en españa no es baladí; en 2024, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de Digi en España fue de 175 millones de euros, un 32,6% más que en 2023. La filial española representa el 40,5% de los ingresos totales del grupo rumano Digi Communications. Las cuentas dan un resultado de valor bruto de Digi en España de unos 4.040 millones de euros. Si se descuentan deuda y otros supuestos, podría ser viable una compra en pos de la deseada consolidación nacional.
Como operadoras también industriales, la cuestión está entre Vodafone y Digi para que el mercado español se quedara en solo tres grandes operadores. Aunque el enorme volumen de usuarios de Digi podría frenar la opción en los despachos de Competencia de Bruselas.