La reciente escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea, marcada por la imposición de aranceles del 20% por parte del gobierno de Donald Trump a la UE, amenaza con generar un impacto significativo en la economía global. En España, aunque el efecto directo sobre las exportaciones es menor que en otros países europeos, las consecuencias indirectas, como el encarecimiento de productos importados y el aumento de los precios de insumos, se prevé que vayan a afectar al consumidor medio. Este nuevo escenario económico, sumado a una inflación persistente en los últimos años, impulsará muy probablemente a los españoles a reconsiderar sus hábitos de consumo, por ejemplo optando cada vez más por reparar sus electrodomésticos en lugar de adquirir aparatos nuevos.
Inflación y guerra comercial: un cóctel que encarece los productos
La inflación ha sido una constante en España durante los últimos años post-pandemia. Aunque en 2025 se ha observado una ligera recuperación del poder adquisitivo con una caída de la inflación, la subida de precios sigue siendo un desafío para muchas familias. También, aún está por verse el impacto que tendrá la guerra comercial iniciada por parte de Estados Unidos, que amenaza con encarecer aún más productos importados y materias primas clave para la fabricación de todo tipo de productos.
Uno de los resultados podría ser un incremento significativo en el precio final de los electrodomésticos nuevos. Este fenómeno no sólo desincentivará la compra de estos productos, sino que también fomentará una mentalidad más conservadora entre los consumidores, quienes buscarán alternativas más económicas para poder mantener su nivel de vida.
Reparar: una solución económica y sostenible
Ante esta coyuntura económica, mandar a reparar los electrodomésticos averiados se podría convertir en algo cada vez más común en España, como ya ocurriera durante los años de elevada inflación (2021 o 2022) inmediatamente posteriores a la pandemia. La reparación ofrece múltiples ventajas:
-Ahorro económico: reparar un electrodoméstico suele ser significativamente más barato que comprar uno nuevo. Por ejemplo, arreglar el motor-compresor de un frigorífico puede costar unos 300 euros, mientras que adquirir uno nuevo puede superar los 800 euros.
-Sostenibilidad: al optar por reparar en lugar de reemplazar, se reduce la generación de residuos electrónicos y se promueve un consumo más responsable.
-Prolongación de la vida útil: una reparación bien realizada puede extender la funcionalidad del aparato durante varios años más, maximizando la inversión inicial.
Además, esta tendencia está alineada con las políticas europeas que fomentan el derecho a la reparabilidad. Estas normativas buscan garantizar que los consumidores puedan acceder fácilmente a servicios técnicos y piezas de repuesto para prolongar la vida útil de sus aparatos.
El impacto cultural: volver a lo básico
La tendencia a mandar a reparar en lugar de comprar nuevo no es sólo una respuesta económica; también refleja un cambio cultural. En anteriores épocas, era común arreglar objetos dañados en lugar de descartarlos. Esta práctica había caído en desuso con la llegada del consumismo masivo y los productos diseñados para ser reemplazados rápidamente. Sin embargo, las condiciones actuales están resucitando el hábito de mandar a reparar entre los españoles.
Los talleres especializados han experimentado un aumento significativo en la demanda. Desde pequeños electrodomésticos hasta grandes aparatos como lavadoras o frigoríficos, los consumidores están buscando soluciones locales y asequibles para mantener sus aparatos del hogar funcionando sin necesidad de grandes desembolsos.
Consejos para mandar a reparar con éxito
Si estás considerando reparar tus electrodomésticos averiados, es importante seguir algunas recomendaciones para garantizar un resultado satisfactorio:
- Selecciona un servicio técnico confiable en tu ciudad: busca talleres o técnicos certificados que tengan experiencia con la marca y modelo específico de tu electrodoméstico. Verifica reseñas o recomendaciones previas para garantizar la calidad del servicio. Por ejemplo, en la ciudad de Valencia, existen empresas de servicio técnico en Valencia como la del enlace que cuentan con abundantes reseñas y por lo tanto son garantía de buen servicio.
- Consulta sobre garantías: asegúrate de que el servicio técnico ofrezca garantía por escrito por la reparación realizada. Esto te dará tranquilidad ante posibles problemas futuros.
- Evalúa el coste-beneficio: si el coste de reparar supera el 50% del precio de un aparato nuevo similar, considera si realmente vale la pena repararlo o si sería mejor invertir en uno nuevo.
- Conserva la documentación: conserva siempre las facturas y garantías originales del producto. Esto puede facilitar reparaciones gratuitas si el aparato aún está dentro del periodo de garantía cubierto por el fabricante.
- Evita reparaciones caseras complejas: aunque hay problemas menores que puedes solucionar tú mismo (como cambiar un filtro o limpiar componentes), las averías más graves deben ser atendidas por profesionales para evitar daños mayores.
Conclusión
Los efectos de la combinación de inflación persistente y las tensiones comerciales que se viven actualmente en Europa y el mundo muy probablemente acabarán transformando los hábitos de consumo en España. La reparación de los electrodomésticos averiados en lugar de comprarlos nuevos será uno de esos hábitos de consumo que muy probablemente terminarán por cambiar. Mandar a reparar los electrodomésticos averiados no sólo es una alternativa económica frente al aumento de precios, sino también una decisión sostenible que contribuye a reducir residuos y fomentar una economía circular.
Con este contexto de fondo, es probable que esta tendencia continúe creciendo en popularidad mientras persista la incertidumbre económica global. Para los consumidores españoles, aprender a valorar las reparaciones como una opción viable no sólo aliviará su bolsillo sino que también les permitirá adaptarse mejor a los desafíos económicos actuales y futuros.