Ouigo sigue esperando, como todo el sector, que Adif haga públicas las condiciones de la segunda etapa de la liberalización de la alta velocidad en España. La empresa filial de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, (SNCF por sus siglas en francés), tiene intención de seguir creciendo en España, pero lo cierto es que hay dos grandes incógnitas sobre la situación, por un lado, las condiciones de empezar a operar en las vías que esperan que se sumen a este proceso, que incluye a Galicia, Asturias o Cádiz, por otro son todas rutas que hacen necesario tener trenes de ancho variables, que puedan adaptarse al famoso «ancho ibérico».
Por eso, la empresa ha lanzado un «Request for information» abierto, de forma de saber qué fabricantes están dispuestos a sumarse a esta aventura. El motivo es evidente, el único tren diseñado para vías de ancho variable de alta velocidad operando en el mercado es el Talgo Avril, con todo y sus problemas, pero los problemas de la empresa para entregar sus trenes a tiempo son más que conocidos, y con varias entregas en fila apostar por la empresa es un riesgo en sí mismo, además todavía no se concreta la opa por parte de Sidenor, por lo que la situación sigue siendo delicada.
Se suman las dudas que nacen del hecho de que la otra opción española, el Oaris de CAF, sigue sin circular en las vías de alta velocidad locales. La realidad es que apostar por un prototipo tiene sus riesgos, tanto por los tiempos de entrega de un tren que, todavía, no tiene una línea de ensamblaje probada, sin contar con los problemas normales que puede tener un modelo de tren nuevo, como se evidencia con los problemas que tiene el Avril. Por tanto, hay dudas sobre la posibilidad real de la empresa en avanzar con el otro gran fabricante español.

Por lo demás la puerta está abierta para otros fabricantes, es cierto que la matriz de Ouigo ya tiene experiencia con CAF, de hecho este mismo año el SNCF hizo un pedido de 22 trenes para la ruta que conecta Burdeos y Marsella. El pedido sirvió para que el fabricante recibiera 400 millones de euros y un pedido para trenes de alta velocidad de ancho variable, sobre todo uno que incluye el precio que suma por ser el primero de su tipo que la empresa fabrica. Pero también es posible que Alstom, aliado histórico del SNCF y fabricante de los trenes de dos pisos que usa la low cost en España actualmente.
De momento lo cierto es que nada está decidido. Por un lado, no solo deben revisar las opciones reales de los diferentes fabricantes de trenes europeos, sino que siguen esperando que Adif finalmente avance en el proceso antes de tomar una decisión.
OUIGO E IRYO DEBEN REVISAR SUS OPCIONES PARA LA SEGUNDA ETAPA DE LA LIBERALIZACIÓN
Lo cierto es que Ouigo no es la única empresa que pasa por esta situación. Iryo, la otra operadora que llegó a España con la liberalización y que también espera por la decisión de Adif para hacer algún movimiento, aunque mientras la empresa estatal no haga algún anuncio, ni la empresa ítalo española ni la de origen francés tienen la información suficiente para hacer ningún movimiento en el tablero. En cualquier caso, una vez que Adif dé el paso, se sabrá cuáles fabricantes están dispuestos a competir por hacer los trenes de estas rutas, sobre todo la gallega.
Lo cierto es que la conexión entre Madrid y La Coruña es una de las rutas más atractivas del territorio español, en la que todavía Renfe opera como monopolio. Allí están los datos de la estatal para demostrar su importancia, además permitiría que siguiera creciendo el número de usuarios de la alta velocidad todavía más, después de todo es lo que ha ocurrido cada vez que estos dos competidores han llegado a una nueva ciudad en territorio español.
EL PROBLEMA DE LAS ENTREGAS DE TALGO
Mientras tanto, Talgo sigue sufriendo por el largo tiempo de entrega de algunos de sus pedidos recientes. De estos, el caso más evidente, y de momento el más costoso para el fabricante, es precisamente el de los Avril que no han entregado a Renfe, y que ha generado una deuda de más de 100 millones de euros con la empresa estatal, que además marcado el proceso de la venta a Sidenor, y ha obligado a revisar la forma de pago.
Es un recordatorio que precisamente ha abierto la puerta a otras opciones en esta situación. La empresa sigue esperando completar la operación con Sidenor, pero, mientras tanto, sus problemas económicos se siguen acumulando, por lo que no es extraño que incluso sus clientes más evidentes quieran conocer sus opciones, incluso si siguen teniendo la ventaja de que este es un territorio que solo ellos conocen.