sábado, 19 abril 2025

La advertencia de la OMS sobre la ropa deportiva que te intoxica sin darte cuenta

La fiebre por el deporte y la vida sana ha traído consigo una explosión en el mercado de la ropa técnica, prendas diseñadas para optimizar nuestro rendimiento y comodidad mientras sudamos la camiseta. Esta tendencia, sin embargo, viene acompañada de advertencias sanitarias, y la OMS ha puesto el foco recientemente en componentes potencialmente dañinos presentes en estas prendas, sustancias que absorbemos sin apenas percatarnos y cuyos efectos a largo plazo aún se están investigando a fondo en todo el mundo. Es una realidad incómoda que se esconde entre las fibras de nuestras mallas y camisetas favoritas, un acompañante silencioso en nuestra búsqueda de bienestar físico.

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Hablamos de enemigos invisibles como las nanopartículas de plata, incorporadas por sus supuestas propiedades antibacterianas, y los compuestos perfluorados o PFAS, utilizados para repeler el agua y las manchas. Lo que se vende como una ventaja tecnológica puede convertirse en una fuente de exposición a químicos potencialmente tóxicos, un peaje oculto que pagamos por esa sensación de ir siempre secos y sin malos olores. La cuestión es si somos conscientes de esta exposición y, sobre todo, si estamos tomando las medidas adecuadas para minimizarla, porque la salud, como bien sabemos, empieza por la prevención y la información veraz.

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LA ETIQUETA NO MIENTE: BUSCANDO CERTIFICACIONES DE CONFIANZA

Fuente: Freepik

Más allá del primer lavado, la elección consciente a la hora de comprar es fundamental para protegernos y presionar a la industria hacia prácticas más seguras y sostenibles. Buscar prendas con certificaciones ecológicas reconocidas, como Oeko-Tex Standard 100, GOTS (Global Organic Textile Standard) o Bluesign, puede ofrecernos una mayor garantía, ya que estos sellos aseguran que las prendas cumplen ciertos estándares de seguridad química, limitando o prohibiendo el uso de sustancias peligrosas, incluidos muchos PFAS y tratamientos con nanopartículas problemáticos. La elección informada, algo que la OMS promueve en todos los ámbitos de la salud pública, es clave también en nuestra vestimenta deportiva diaria.

No obstante, es crucial no dejarse llevar únicamente por el marketing verde y verificar qué cubre exactamente cada certificación. Ser un consumidor informado implica mirar más allá de las promesas publicitarias, investigando un poco sobre las políticas de sostenibilidad y transparencia de las marcas que consumimos habitualmente o que pensamos adquirir, priorizando aquellas que demuestran un compromiso real con la eliminación de químicos tóxicos en toda su cadena de producción. La visión de la OMS sobre un futuro más saludable y sostenible pasa también por un consumo más consciente y responsable con nuestro cuerpo y con nuestro entorno global. La presión del consumidor informado es, a menudo, el motor más potente para el cambio real en la industria textil y otras. La OMS confía en la educación del consumidor.

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