miércoles, 16 abril 2025

La advertencia de la OMS sobre la ropa deportiva que te intoxica sin darte cuenta

La fiebre por el deporte y la vida sana ha traído consigo una explosión en el mercado de la ropa técnica, prendas diseñadas para optimizar nuestro rendimiento y comodidad mientras sudamos la camiseta. Esta tendencia, sin embargo, viene acompañada de advertencias sanitarias, y la OMS ha puesto el foco recientemente en componentes potencialmente dañinos presentes en estas prendas, sustancias que absorbemos sin apenas percatarnos y cuyos efectos a largo plazo aún se están investigando a fondo en todo el mundo. Es una realidad incómoda que se esconde entre las fibras de nuestras mallas y camisetas favoritas, un acompañante silencioso en nuestra búsqueda de bienestar físico.

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Hablamos de enemigos invisibles como las nanopartículas de plata, incorporadas por sus supuestas propiedades antibacterianas, y los compuestos perfluorados o PFAS, utilizados para repeler el agua y las manchas. Lo que se vende como una ventaja tecnológica puede convertirse en una fuente de exposición a químicos potencialmente tóxicos, un peaje oculto que pagamos por esa sensación de ir siempre secos y sin malos olores. La cuestión es si somos conscientes de esta exposición y, sobre todo, si estamos tomando las medidas adecuadas para minimizarla, porque la salud, como bien sabemos, empieza por la prevención y la información veraz.

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PFAS: LOS QUÍMICOS ETERNOS QUE VISTES SIN SABERLO

Fuente: Freepik

Los PFAS son conocidos popularmente como «químicos eternos» debido a su extrema persistencia en el medio ambiente y en los organismos vivos; simplemente, no se degradan fácilmente. La exposición a ciertos PFAS se ha relacionado científicamente con una variedad de problemas de salud, sustancias que diversos estudios vinculan a problemas hormonales, inmunitarios, efectos adversos en el desarrollo e incluso ciertos tipos de cáncer, según alertan numerosas agencias sanitarias internacionales. La presencia de estos compuestos en ropa que llevamos pegada al cuerpo durante horas es, por tanto, un motivo de seria consideración. La preocupación por los PFAS es compartida por organismos como la OMS, que monitoriza el impacto de los contaminantes persistentes en la salud global.

El ciclo de vida de la ropa tratada con PFAS agrava el problema, ya que estos compuestos pueden liberarse durante el uso, el lavado y al final de la vida útil de la prenda, cuando acaba en vertederos o incineradoras. Esto significa que no solo estamos expuestos directamente, sino que también contribuimos a la contaminación generalizada del planeta, acumulándose en el medio ambiente, el agua potable, los alimentos y en los seres vivos a lo largo de la cadena trófica, un legado tóxico difícil de eliminar. La ubicuidad de estos químicos es un desafío que requiere acción a nivel individual y colectivo, tal y como remarcan entidades como la OMS.


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