La fiebre por el deporte y la vida sana ha traído consigo una explosión en el mercado de la ropa técnica, prendas diseñadas para optimizar nuestro rendimiento y comodidad mientras sudamos la camiseta. Esta tendencia, sin embargo, viene acompañada de advertencias sanitarias, y la OMS ha puesto el foco recientemente en componentes potencialmente dañinos presentes en estas prendas, sustancias que absorbemos sin apenas percatarnos y cuyos efectos a largo plazo aún se están investigando a fondo en todo el mundo. Es una realidad incómoda que se esconde entre las fibras de nuestras mallas y camisetas favoritas, un acompañante silencioso en nuestra búsqueda de bienestar físico.
Hablamos de enemigos invisibles como las nanopartículas de plata, incorporadas por sus supuestas propiedades antibacterianas, y los compuestos perfluorados o PFAS, utilizados para repeler el agua y las manchas. Lo que se vende como una ventaja tecnológica puede convertirse en una fuente de exposición a químicos potencialmente tóxicos, un peaje oculto que pagamos por esa sensación de ir siempre secos y sin malos olores. La cuestión es si somos conscientes de esta exposición y, sobre todo, si estamos tomando las medidas adecuadas para minimizarla, porque la salud, como bien sabemos, empieza por la prevención y la información veraz.
2NANOPARTÍCULAS DE PLATA: BRILLO PELIGROSO EN TU PIEL

La preocupación por las nanopartículas de plata no es baladí, ya que su diminuto tamaño les permite interactuar con nuestro cuerpo de formas que aún no comprendemos del todo bien. Estudios preliminares sugieren que estas partículas pueden liberarse de la ropa con el sudor y el roce, pudiendo ser absorbidas a través de la piel o incluso inhaladas si se desprenden en forma de aerosol, planteando interrogantes sobre su acumulación en el organismo y sus posibles efectos tóxicos a nivel celular o sistémico. La propia OMS ha señalado la importancia de investigar más a fondo los efectos a largo plazo de la exposición dérmica a nanomateriales.
Además del potencial impacto directo sobre la salud humana, existe una creciente inquietud por las consecuencias medioambientales del uso masivo de nanopartículas de plata en textiles. Al lavar estas prendas, las partículas se liberan en las aguas residuales, contribuyendo a la contaminación de ecosistemas acuáticos y afectando potencialmente a la vida microbiana esencial, además de la preocupación sobre si pueden fomentar la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos, un problema de salud pública global que la OMS combate activamente. La funcionalidad de hoy podría ser el problema ambiental y sanitario de mañana.