La quinta entrega de Supervivientes 2025: Tierra de Nadie ha demostrado una vez más que la realidad supera a la ficción. Rayos, oleajes de dos metros y vientos que rozaban la posibilidad de que se lo llevase todo a su paso fueron las condiciones meteorológicas que hicieron del lugar el contexto perfecto para un capítulo repleto de pasión, decisiones arriesgadas y un amor que desafía las condiciones más adversas.
Las imágenes que los espectadores pudieron disfrutar en la gala posterior mostraban la complicidad en cámara que fue reflejando realidad que se vive en la isla en forma de pequeñas confesiones y un sorprendente «sí quiero», que dejó helada a la audiencia.
2AMOR EN TIEMPOS DE REALITY
La cadena de las confidencias y de todo el drama, el «reality» de Supervivientes, es plenamente consciente del poder que el amor ejerce como relato y este año lo han llevado a la más extrema de las expresiones. La conexión vivida entre Anita y Montoya la recordaron como en el primavera-verano; en ese momento ensombreció otra historia de amor, la que también había vivido Almácor, que a su vez se había reencarnado en Helena.
Después de 40 días de separación, el reencuentro fue tan mítico que resultó con una duda que nadie se esperaba. Almácor pensaba que su novia no estaba en Honduras y aún así ya la había catalogado como «el amor de mi vida». «Ella me arregló todo», decía mientras la verdad que vendría después ya se advertía en su sinceridad. Le engañaron de cara con un tapiz y lo llevaban a una playa desértica donde descubre a Helena aprisionada.
Cuando se encontraba frente a pruebas físicas y de amor, la llave que apartó la jaula hizo saltar besos, abrazos y lágrimas. Y en medio de la arena, llegó el momento crucial: «¿Te quieres casar conmigo?». El sí de Helena llegó por inciso, pero lo importante fue como de natural Almácor se les ocurrió improvisar un anillo: un collar tejido por él en la isla.
En un mundo donde los gestos grandilocuentes suelen estar ensayados, esta proposición estaba cargada de autenticidad. “No tengo un anillo, pero ya lo tendré», dijo. Tal fue la repercusión que llegó a tener el programa que, como se verá en el siguiente apartado, los planes más improvisados que se hicieron algún día en Supervivientes se pueden convertir en historias para el recuerdo.
Pero no todo fueron rosas. Este momento también permitió que surgieran tensiones entre otros concursantes, como Gala, que, afectada por su nominación, no pudo evitar sentir que las propias alegrías dejaban sin espacio situaciones en las que se la podía notar un tanto desplazada. Y mientras tanto, Pelayo, siempre escéptico, en un confesionario comentaba si «el amor en la isla es real o es una táctica para sumar votos».