El verano aprieta y con él, la factura de la luz amenaza con darnos otro susto morrocotudo, especialmente si somos de los que no perdonamos una buena siesta con el aire acondicionado a pleno rendimiento. Es un círculo vicioso conocido, buscamos el frescor para sobrevivir al calor asfixiante, pero luego temblamos al ver el recibo eléctrico, un temor que según la OCU comparten miles de hogares españoles cada temporada estival. Sin embargo, existe un detalle en esa misma factura, a menudo ignorado, que podría ser la llave maestra para aligerar ese gasto sin necesidad de pasar calor ni de hacer complejos malabares con el consumo.
Hablamos de la potencia contratada, ese término técnico que suena a chino para muchos pero que tiene un impacto directo y constante en lo que pagamos mes a mes, usemos mucho o poco la electricidad. Ajustar este valor a nuestras necesidades reales, sobre todo cuando aparatos de gran consumo como el aire acondicionado entran en juego, puede suponer un alivio considerable para el bolsillo. No se trata de magia, sino de entender cómo funciona nuestro contrato eléctrico y optimizarlo, una tarea en la que la información y el análisis detallado son cruciales para no pagar ni un céntimo de más por una capacidad que quizás no necesitamos realmente.
3LA OCU AL RESCATE: CÓMO CALCULAR TU POTENCIA IDEAL SIN VOLVERTE LOCO

Determinar cuál es nuestra potencia contratada ideal no requiere un doctorado en ingeniería eléctrica, aunque sí un poco de análisis y sentido común. Un método práctico consiste en revisar la etiqueta de eficiencia energética o el manual de nuestros principales electrodomésticos para conocer su potencia en vatios (W) o kilovatios (kW). Debemos sumar la potencia de aquellos aparatos que solemos utilizar simultáneamente en los momentos de máximo consumo, especialmente considerando el aire acondicionado junto a otros fijos como el frigorífico, la televisión, y quizás el horno o la vitrocerámica si cocinamos mientras está encendido. Es fundamental ser realista y pensar en nuestros hábitos reales.
Otra vía muy útil, recomendada a menudo por la OCU, es recurrir a las calculadoras de potencia online que ofrecen muchas compañías eléctricas y organizaciones de consumidores. Estas herramientas suelen preguntar por el tipo de vivienda, número de habitantes y electrodomésticos principales para ofrecer una estimación bastante ajustada. Además, si disponemos de un contador inteligente, podemos consultar nuestros picos máximos de demanda registrados a través del portal online de nuestra distribuidora eléctrica, lo que nos dará una imagen muy precisa de cuánta potencia hemos necesitado realmente en el pasado. Combinar estos métodos nos ayudará a tomar una decisión informada y evitar contratar más kW de los estrictamente necesarios.