sábado, 19 abril 2025

Este es el mineral ‘salvavidas’ contra los calambres musculares que debes consumir después de entrenar

Los calambres musculares después de una sesión intensa de ejercicio son una molestia demasiado familiar para muchos deportistas, ya sean profesionales o aficionados que simplemente buscan mantenerse en forma. Ese dolor agudo y repentino, esa contracción involuntaria que te deja K.O., puede arruinar la satisfacción de un buen entrenamiento y, lo que es peor, desanimar a seguir adelante. Afortunadamente, la naturaleza nos ofrece soluciones, y una de las más efectivas reside en un nutriente esencial que a menudo pasamos por alto en nuestra dieta post-entrenamiento.

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Entender cómo funciona nuestro cuerpo y qué necesita para recuperarse es fundamental para optimizar el rendimiento y prevenir lesiones o malestares como los temidos calambres. No se trata solo de estirar bien o de hidratarse adecuadamente, aunque ambos son cruciales, sino también de reponer los electrolitos perdidos durante el esfuerzo físico. Entre ellos, uno juega un papel protagonista en la función neuromuscular, y su déficit es una de las causas más comunes detrás de esas dolorosas contracciones que nos asaltan cuando menos lo esperamos, a menudo horas después de haber colgado las zapatillas.

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ESCUCHA A TU CUERPO: CALAMBRES, POTASIO Y OTROS FACTORES

Si bien la reposición de potasio es fundamental para prevenir los calambres musculares inducidos por el ejercicio, es importante recordar que no es el único factor en juego y que la carencia de este mineral no siempre es la única culpable. La deshidratación general, la pérdida de otros electrolitos importantes como el sodio y el magnesio, la fatiga muscular por sobreentrenamiento o una técnica inadecuada, e incluso ciertos medicamentos o condiciones médicas subyacentes, pueden contribuir a la aparición de estas dolorosas contracciones. El magnesio, por ejemplo, es otro mineral implicado en la función muscular.

Por ello, adoptar un enfoque integral es la mejor estrategia: asegurar una hidratación constante antes, durante y después del ejercicio, seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y otros alimentos naturales que aporten diversos nutrientes, incluyendo por supuesto el potasio y otros minerales esenciales, escuchar las señales de fatiga del propio cuerpo y permitirse un descanso adecuado son prácticas fundamentales. Si los calambres son muy frecuentes o severos a pesar de cuidar estos aspectos, consultar con un profesional de la salud o un nutricionista deportivo es siempre recomendable para descartar otras causas y ajustar el plan de recuperación de manera personalizada, sin olvidar la importancia de reponer este mineral específico.

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