martes, 15 abril 2025

La función ‘secreta’ de tu móvil que drena la batería en silencio

Resulta exasperante, ¿verdad? Esa sensación de impotencia cuando ves que la batería de tu teléfono se esfuma sin motivo aparente, dejándote colgado en el momento más inoportuno. Todos hemos pasado por ello, mirando con incredulidad ese porcentaje que cae en picado, preguntándonos qué demonios está consumiendo tanta energía si apenas hemos tocado el móvil, un compañero inseparable en nuestro día a día que a veces parece tener vida propia. Lo cierto es que, bajo esa interfaz brillante y esas aplicaciones que prometen hacernos la vida más fácil, se esconden procesos silenciosos que actúan como auténticos vampiros energéticos, trabajando en la sombra sin que nos percatemos.

Publicidad

Lejos de teorías conspiranoicas o fallos misteriosos del sistema, la explicación suele ser mucho más terrenal y, en gran medida, controlable por nosotros mismos, si sabemos dónde mirar. Hablamos de funciones que, aunque útiles en determinados contextos, operan de forma continua y discreta, consumiendo recursos valiosos sin pedir permiso explícito cada vez que lo hacen. Son esos servicios de localización que no descansan o esas aplicaciones que se actualizan solas en segundo plano, mecanismos que, aunque diseñados para mejorar la experiencia del usuario, acaban convirtiéndose en una sangría constante para la autonomía de nuestro dispositivo si no se gestionan adecuadamente. Es hora de levantar el capó y entender qué ocurre realmente dentro de nuestro bolsillo.

2
APLICACIONES VAMPIRO: LA FIESTA SILENCIOSA EN SEGUNDO PLANO

Fuente Freepik

Otro culpable habitual del drenaje silencioso de la batería es la actualización de contenido en segundo plano. Esta función permite que las aplicaciones, como las de correo electrónico, redes sociales, noticias o mensajería, busquen y descarguen nuevos datos automáticamente, incluso cuando no las tenemos abiertas en pantalla. El objetivo es que, al abrir la aplicación, la información más reciente ya esté disponible, evitando tiempos de espera y ofreciendo una experiencia más fluida. Suena bien en teoría, pero en la práctica, significa que múltiples procesos están ejecutándose constantemente, conectándose a internet y consumiendo CPU y batería sin nuestro conocimiento directo.

El problema se agrava cuando tenemos instaladas decenas de aplicaciones, cada una con su propio ciclo de actualización en segundo plano. Algunas están mejor optimizadas que otras, pero el efecto acumulativo puede ser devastador para la autonomía del dispositivo. Redes sociales que precargan vídeos e imágenes, clientes de correo que comprueban la bandeja de entrada cada pocos minutos, aplicaciones del tiempo que actualizan el pronóstico constantemente… todo suma. Afortunadamente, tanto Android como iOS ofrecen herramientas para gestionar qué aplicaciones tienen permiso para realizar estas actualizaciones, permitiéndonos desactivar esta función para aquellas apps que no consideramos esenciales o que preferimos actualizar manualmente al abrirlas, recuperando así un control valioso sobre el consumo energético de nuestro móvil.


Publicidad