Llega el verano y con él las ansiadas vacaciones, ese éxodo masivo que convierte las carreteras españolas en un hervidero de vehículos cargados de sueños, neveras portátiles y, cómo no, equipaje hasta los topes. Pero ojo, que la emoción del viaje no nos nuble el entendimiento, porque la DGT, como ese amigo sensato que siempre nos recuerda las normas, vuelve a poner el foco en un aspecto crucial y a menudo descuidado: la correcta colocación de la carga en nuestro coche. No se trata solo de encajar maletas como si jugáramos una partida de Tetris a contrarreloj, sino de hacerlo con cabeza, pensando en la seguridad de todos y evitando sorpresas desagradables en forma de sanción económica, que bastante cuesta ya llenar el depósito.
La llamada «Operación Salida» o «Retorno» no es solo un titular recurrente en los informativos estivales, es una realidad palpable con millones de desplazamientos concentrados en pocas semanas, lo que multiplica los riesgos si no tomamos las debidas precauciones. Una de las más importantes, y que la Dirección General de Tráfico se esfuerza en recalcar año tras año, es la organización del maletero y el habitáculo. Un objeto mal colocado, un exceso de peso o una visibilidad comprometida pueden convertir un simple bulto en un peligroso proyectil o mermar nuestra capacidad de reacción ante un imprevisto, algo que puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia, además de exponernos a multas que pueden amargarnos las vacaciones antes incluso de llegar a nuestro destino.
3KILOS DE MÁS, SEGURIDAD DE MENOS: LA BALANZA QUE NO ENGAÑA A LA DGT

Cada vehículo tiene un límite de peso máximo autorizado (MMA), una cifra que no está ahí por capricho, sino por razones técnicas y de seguridad fundamentales. Superar este límite, algo más habitual de lo que parece durante las vacaciones estivales, somete a componentes críticos del coche, como los neumáticos, los frenos y la suspensión, a un esfuerzo para el que no están diseñados. Podemos encontrar la MMA de nuestro vehículo en la ficha técnica o en el permiso de circulación, y es crucial respetarla escrupulosamente para evitar sustos mayores. Un coche sobrecargado no solo consume más combustible, sino que se vuelve torpe, inestable y, sobre todo, mucho menos seguro.
La Dirección General de Tráfico realiza controles de peso aleatorios, especialmente en épocas de gran afluencia como la Operación Verano, y las sanciones por exceso de carga pueden ser cuantiosas, llegando incluso a la inmovilización del vehículo si el sobrepeso es considerable. No se trata solo de cuánto peso llevamos en total, sino también de cómo está distribuido. Una carga descompensada, con mucho más peso en un lado o en la parte trasera, puede comprometer seriamente la maniobrabilidad y la adherencia de los neumáticos, haciendo que el coche reaccione de forma impredecible. Por tanto, antes de cerrar el maletero, conviene hacer una reflexión sobre si realmente necesitamos todo lo que pretendemos llevar y si estamos respetando los límites establecidos por el fabricante y la DGT.