Llega el verano y con él las ansiadas vacaciones, ese éxodo masivo que convierte las carreteras españolas en un hervidero de vehículos cargados de sueños, neveras portátiles y, cómo no, equipaje hasta los topes. Pero ojo, que la emoción del viaje no nos nuble el entendimiento, porque la DGT, como ese amigo sensato que siempre nos recuerda las normas, vuelve a poner el foco en un aspecto crucial y a menudo descuidado: la correcta colocación de la carga en nuestro coche. No se trata solo de encajar maletas como si jugáramos una partida de Tetris a contrarreloj, sino de hacerlo con cabeza, pensando en la seguridad de todos y evitando sorpresas desagradables en forma de sanción económica, que bastante cuesta ya llenar el depósito.
La llamada «Operación Salida» o «Retorno» no es solo un titular recurrente en los informativos estivales, es una realidad palpable con millones de desplazamientos concentrados en pocas semanas, lo que multiplica los riesgos si no tomamos las debidas precauciones. Una de las más importantes, y que la Dirección General de Tráfico se esfuerza en recalcar año tras año, es la organización del maletero y el habitáculo. Un objeto mal colocado, un exceso de peso o una visibilidad comprometida pueden convertir un simple bulto en un peligroso proyectil o mermar nuestra capacidad de reacción ante un imprevisto, algo que puede marcar la diferencia entre un susto y una tragedia, además de exponernos a multas que pueden amargarnos las vacaciones antes incluso de llegar a nuestro destino.
2VISIBILIDAD TRASERA: NO PIERDAS DE VISTA LO QUE IMPORTA (Y LO QUE OBLIGA LA LEY)

El espejo retrovisor interior no es un elemento decorativo ni un lugar para colgar ambientadores con forma de pino; es una herramienta vital para nuestra seguridad y la de los demás. La normativa de tráfico es meridianamente clara al respecto: la visibilidad a través de la luneta trasera debe ser completa y no estar obstaculizada por ningún objeto. Cargar el maletero hasta el techo, convirtiendo la parte trasera del habitáculo en un muro infranqueable de maletas y bártulos, no solo es una imprudencia temeraria, sino también una infracción sancionable. Perder la referencia visual de lo que sucede detrás de nosotros nos deja ciegos ante posibles alcances, vehículos que se aproximan a gran velocidad o la presencia de motoristas.
Es comprensible la tentación de aprovechar hasta el último centímetro cúbico, especialmente en coches familiares o cuando viajamos con niños, pero la seguridad debe primar sobre la cantidad de equipaje. Si la carga supera la altura de los asientos traseros, impidiendo la visión por el retrovisor central, estaremos incumpliendo la reglamentación y, lo que es peor, aumentando exponencialmente el riesgo de accidente. La DGT insiste en que debemos poder ver la carretera detrás de nosotros sin dificultad, una exigencia que no admite excepciones ni interpretaciones laxas, ya que una correcta percepción del entorno es fundamental para tomar decisiones acertadas al volante y anticiparnos a cualquier situación de peligro.