La tensión en «Sueños de Libertad» alcanza su clímax en el capítulo 284. María se encuentra celebrando la victoria legal obtenida por la custodia de la niña Julia cuando Begoña, desbordada por la angustia de sentir que la niña se le escapa de las manos, se verá empujada a una lucha cruel en la que amor, poder y terrores del pasado chocan en absoluta hostilidad.
El capítulo de este miércoles incrementará la tensión de la disputa entre las dos mujeres, mientras que también revelará movimientos ocultos, alianzas arriesgadas y secretos médicos que podrían cambiar de manera radical el avance de la historia narrada. Nadie está a salvo en este juego de estrategias y cada protagonista tendrá que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar.
2SECRETOS MÉDICOS Y AMORES EN PELIGRO

Gema no puede esconder el terror que tiene dentro. Debido a la consulta con el doctor Herrera ya es tal su preocupación que Joaquín, devastado, se hace su muleta. «No es normal que insista en esas pruebas», se dice Joaquín mientras acompaña al hospital, sin notar que igualmente el doctor Herrera puede también estar empeñado en batallar contra sus demonios.
Por otra parte, en una parte del pueblo en este capítulo de Sueños de Libertad, Begoña ha llegado a la conclusión de que el doctor Herrera podría estar luchando contra una adicción. Para no dejar nada suelto, ha ideado toda una trampa para confirmar que, efectivamente, lo es. Si ella tiene razón, no solo la salud de Gema puede salir perjudicada, sino también otro tipo de credibilidad de un hombre, cuyo secreto es fundamental.
Por otra parte, el amor entre Pelayo y Darío hace su camino, pero lo hace con riesgos. «Me temo que tu imprudencia lo joda todo», deja caer Pelayo, el cual se debate entre la felicidad y el miedo. Darío, apasionado, no ve las dificultades… pero el padre de Marta sí. La desconfianza puede ser también un principio.
Gema, poco después de las aportaciones en las pruebas, recibe una noticia que la deja sin respiración. «Los resultados no coinciden con los anteriores», le confiesa una enfermera de confianza, rompiendo todas las alarmas ante la noticia. Joaquín, ante esta advertencia, empieza a cuestionar la profesionalidad del doctor Herrera. ¿Está jugando con la salud de su mujer?
Pelayo intenta calmar los ánimos con el padre de Marta. Darío, en un arrebato de sinceridad, lo empeora aún más: «Nada ni nadie nos separará», afirma a gritos, ignorando las miradas de advertencia de la persona que lo acompaña. El ambiente en la habitación es tan espeso que Marta se ve obligada a hablar, pero sus palabras no consiguen apaciguar a su padre.
Mientras tanto, Begoña inicia su plan contra el doctor Herrera. La cámara oculta que hay en el dispensario recoge el inesperado: el doctor Herrera, en un ojo distraído, abre un frasco escondido en el bolsillo de la bata. La imagen, difusa, pero muy comprometedora, podría ser la que destape toda una red de negligencias. ¿Cuántos más pacientes están expuestos?