lunes, 21 abril 2025

Las estaciones de recarga para coches eléctricos no son rentables en España

El coche eléctrico está teniendo muchas dificultades para implantarse en España. Al precio, hay que sumar la incertidumbre alrededor de lo que pasará con las baterías en unos años y que la infraestructura para recargarlos no es la mejor.

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De hecho, las últimas noticias sobre coches eléctricos nos hablan de las estaciones de recarga. Los datos no son buenos y eso lo sufrirán los conductores.

La ocupación de los puestos de carga es muy baja

En su último informe, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) indica que la ocupación media de los puntos de recarga apenas llega al 6 %. Eso quiere decir que pasan casi todo el día sin usar, de manera que no son rentables para las empresas que los colocan.

No es un dato que pueda extrañar a nadie, puesto que el parque de vehículos eléctricos va del 0,5 al 1,5 % del total, según la fuente que consultemos.

Desplegar puntos de recarga es muy caro

Colocar un punto de recarga es muy caro. Hay que comprar o alquilar el suelo, los cargadores de alta potencia son costosos, se tiene que adecuar la infraestructura eléctrica de la zona, hay que mantenerlos, etc.,

Eso hace que tanto los gastos fijos como los variables sean considerables, lo que contrasta con un índice de uso ínfimo. Con este porcentaje de uso tan bajo, amortizar la inversión es algo que se da a muy largo plazo.

Dicho de otro modo, es un riesgo que muchos operadores no están dispuestos a correr, por lo que habrá falta de puestos y eso complicará los viajes a los que tengan coches eléctricos.

¿Por qué están tan poco ocupados los puntos de carga?

El principal factor es que hay muy pocos coches eléctricos en España, pero ese no es el único. La inmensa mayoría de los poseedores de un vehículo eléctrico tiene un puesto de carga en casa o lo recarga en el trabajo.

De esa forma, solo emplea los puntos de carga públicos cuando tiene que viajar o le surge algún imprevisto.

Otro de los factores, muy a tener en cuenta, es que cargar en un poste público no siempre es sencillo. Tienen tarifas diferentes, se necesitan apps distintas para cada empresa, etc., por lo que la experiencia no es muy amigable.

¿Cuál será el futuro de la red?

Parece que puede ser desigual. Así, esta falta de rentabilidad va a desincentivar la inversión privada, sobre todo en aquellas zonas menos pobladas donde la demanda de puestos de carga es muy baja.

Es cierto que la demanda aumentará conforme crezca el número de coches eléctricos, pero para que eso suceda tiene que haber más puestos de carga y eso es complicado con una ocupación que no llega al 6 %.

Quizá, una solución sea la de la colaboración entre las empresas privadas y lo público, de manera que se repartan los costes y las empresas puedan amortizar antes sus inversiones, reduciendo así el riesgo que toman ahora.


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