domingo, 20 abril 2025

Este tipo de ejercicio que actúa como ‘pegamento’ para tus huesos a partir de los 40

El paso del tiempo, ese compañero inevitable de viaje, trae consigo experiencias, sabiduría y, seamos sinceros, algunos achaques que antes ni imaginábamos. Una de las preocupaciones silenciosas que suele aparecer rondando la cuarentena es la salud de nuestros huesos, esa estructura interna que nos sostiene pero que, sin el cuidado adecuado, puede empezar a perder fortaleza de manera casi imperceptible. Pensar en fracturas o en la temida osteoporosis puede parecer lejano, pero es precisamente en esta etapa vital cuando sentar las bases para un esqueleto robusto se convierte en una tarea fundamental, no una opción.

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Afortunadamente, no todo son malas noticias ni resignación ante el calendario. Existe una fórmula probada, una especie de ‘pegamento’ biológico que podemos activar para mantener nuestra estructura ósea en plena forma, incluso desafiando el DNI. Hablamos de un tipo específico de ejercicio físico, ese que implica cierto impacto controlado o el desafío de la fuerza muscular, que actúa como un verdadero estímulo para que nuestro cuerpo siga fabricando y reforzando el tejido óseo. Lejos de ser una quimera, es una estrategia accesible y eficaz para blindar nuestro futuro y seguir disfrutando de la vida con agilidad y resistencia, asegurando que nuestros cimientos permanezcan sólidos durante muchos años más.

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CIMENTANDO UN FUTURO SÓLIDO: PASOS PRÁCTICOS Y CONSTANCIA

Fuente Freepik

Empezar a incorporar ejercicios de fuerza e impacto puede parecer intimidante si llevamos tiempo inactivos o si ya hemos superado la barrera de los 40 o 50. La clave es la paciencia y el sentido común. Es muy recomendable buscar el asesoramiento de un profesional del ejercicio físico o un fisioterapeuta, especialmente si existen condiciones médicas preexistentes o dudas sobre cómo empezar, para diseñar un programa seguro y efectivo. Escuchar a nuestro cuerpo, empezar despacio y aumentar la intensidad y duración de forma progresiva es fundamental para evitar lesiones y asegurar la adherencia a largo plazo.

Además del ejercicio, no podemos olvidar otros factores que contribuyen a la salud ósea. Una dieta rica en calcio (presente en lácteos, verduras de hoja verde, frutos secos) y vitamina D (que obtenemos principalmente por la exposición solar moderada y segura, y también a través de alimentos como pescado azul o huevos, o suplementos si es necesario) es esencial para proporcionar los ‘ladrillos’ necesarios para construir y mantener unos huesos fuertes. La combinación de ejercicio adecuado, nutrición óptima y constancia, es la estrategia ganadora para asegurar que nuestro esqueleto siga siendo un soporte fiable y nos permita disfrutar de una vida activa y plena durante muchos años.

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