sábado, 19 abril 2025

Este tipo de ejercicio que actúa como ‘pegamento’ para tus huesos a partir de los 40

El paso del tiempo, ese compañero inevitable de viaje, trae consigo experiencias, sabiduría y, seamos sinceros, algunos achaques que antes ni imaginábamos. Una de las preocupaciones silenciosas que suele aparecer rondando la cuarentena es la salud de nuestros huesos, esa estructura interna que nos sostiene pero que, sin el cuidado adecuado, puede empezar a perder fortaleza de manera casi imperceptible. Pensar en fracturas o en la temida osteoporosis puede parecer lejano, pero es precisamente en esta etapa vital cuando sentar las bases para un esqueleto robusto se convierte en una tarea fundamental, no una opción.

Publicidad

Afortunadamente, no todo son malas noticias ni resignación ante el calendario. Existe una fórmula probada, una especie de ‘pegamento’ biológico que podemos activar para mantener nuestra estructura ósea en plena forma, incluso desafiando el DNI. Hablamos de un tipo específico de ejercicio físico, ese que implica cierto impacto controlado o el desafío de la fuerza muscular, que actúa como un verdadero estímulo para que nuestro cuerpo siga fabricando y reforzando el tejido óseo. Lejos de ser una quimera, es una estrategia accesible y eficaz para blindar nuestro futuro y seguir disfrutando de la vida con agilidad y resistencia, asegurando que nuestros cimientos permanezcan sólidos durante muchos años más.

4
PONTE EN MARCHA: CARRERAS Y SALTOS PARA BLINDAR TU ESQUELETO

Fuente Freepik

Integrar ejercicios de impacto en nuestra rutina no tiene por qué ser complicado ni requerir instalaciones especiales. Salir a correr o trotar un par de veces por semana, adaptando la distancia y la intensidad a nuestra condición física, es una manera excelente de proporcionar a nuestros huesos el estímulo que necesitan. Es importante elegir un buen calzado y, si es posible, variar las superficies para minimizar el riesgo de lesiones, pero la clave es la regularidad y la progresión gradual para que el cuerpo tenga tiempo de adaptarse sin sobrecargas. Incluso caminar a un ritmo vivo y enérgico, especialmente si incluimos cuestas, genera un impacto beneficioso.

Otra opción fantástica y a menudo olvidada son los ejercicios pliométricos, que implican saltos. Saltar a la comba, hacer saltos al cajón (adaptando la altura), realizar saltos en el sitio o incluso incorporar pequeños saltitos durante una caminata pueden ser tremendamente efectivos. Estos movimientos explosivos generan picos de fuerza elevados en un corto periodo de tiempo, lo cual parece ser especialmente eficaz para estimular la formación ósea. Como siempre, la prudencia es clave: empezar con saltos de baja intensidad y pocas repeticiones, asegurando una buena técnica de aterrizaje, es fundamental para disfrutar de los beneficios sin poner en riesgo nuestras articulaciones o nuestros preciados huesos.


Publicidad