miércoles, 16 abril 2025

La OPEP+ abre un agujero en las cuentas de Repsol, Moeve y BP

La OPEP+ le ha asestado una puñalada en el corazón al sector petrolero, su sector. En su momento de mayor debilidad, asediado en múltiples frentes y con su cotización en decadencia. El bloque, formado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y su círculo cercano de aliados, encabezado por Rusia, ha resuelto incrementar el flujo de crudo que inyecta en el mercado, condenando al valor a caer en picado.

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LA ORGANIZACIÓN HA CONFIRMADO QUE INCREMENTARÁ SU PRODUCCIÓN DE CRUDO EN 411.000 BARRILES DIARIOS EN MAYO, EN LUGAR DE LOS 135.000 QUE HABÍA ESTABLECIDO PREVIAMENTE

Este jueves, la organización anunció su intención de acelerar sus planes de aumento de producción, entregando 411.000 barriles diarios (bpd) al mercado en mayo, en lugar de los 135.000 bpd previamente establecidos. Al día siguiente, los futuros del petróleo ya naufragaban por debajo de la barrera de los 70 dólares por barril: el Brent, de referencia en Europa, caía un 3,3% hasta los 67,85 dólares, mientras que su homólogo estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI), bajaba un 3,5%, quedándose en 64,63 dólares. A lo largo del resto de la jornada, la caída no hizo sino acelerarse.

Este lunes, el ‘oro negro’ profundizaba aún más en las pérdidas: los futuros del Brent cayeron 2,54 dólares, o un 3,9%, hasta 63,04 por barril, mientras que los futuros del crudo WTI perdieron 2,5 dólares, o un 4,03%, hasta 59,49 dólares. Ambos índices alcanzaron su nivel más bajo desde abril de 2021.

LA MARCA DE 70 DÓLARES POR BARRIL ES AHORA UNA QUIMERA

La estrategia detrás de la medida de la OPEP+ solo puede entenderse en el largo plazo; en el futuro más inmediato, supone una catástrofe para las compañías del ramo, representadas en nuestro país por Repsol y Moeve (antes Cepsa). Los precios, ya afectados por una demanda que se presume mediocre y por las heridas de muerte que la política arancelaria estadounidense está abriendo en el comercio mundial, se desplomarán aún más debido al exceso de oferta.

Goldman Sachs ha reaccionado a los acontecimientos recortando drásticamente sus previsiones para diciembre de 2025: bajó su objetivo para el Brent a 66 dólares por barril y para el WTI a 62 dólares, reducciones de 5 dólares en ambos casos.

«Los riesgos para nuestra previsión reducida de precios del petróleo están claramente a la baja, debido a un creciente riesgo de recesión y, en menor medida, al aumento de oferta por parte de la OPEP+»

Daan Struyven, jefe de análisis petrolero de Goldman Sachs

«Los riesgos para nuestra previsión reducida de precios del petróleo están claramente a la baja, especialmente en 2026, debido a un creciente riesgo de recesión y, en menor medida, al aumento de oferta por parte de la OPEP+», afirmó Daan Struyven, jefe de análisis petrolero de Goldman, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

El mejor ejemplo de las duras consecuencias que un mercado inundado de crudo tendrá para las petroleras es BP. En febrero, la antigua British Petroleum, ante la escasa rentabilidad obtenida a través de su segmento de energías limpias, confirmó que aumentará la inversión anual en petróleo y gas a 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), volviendo a centrarse en los combustibles fósiles como parte de los esfuerzos del CEO, Murray Auchincloss, para mejorar los rendimientos.

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Imagen: Agencias

La dirección del grupo había prometido a sus descontentos accionistas que la nueva estrategia permitiría reducir el apalancamiento en un 20%. Sin embargo, los compromisos de BP se basan en previsiones de precios del Brent a mínimos de 70 dólares por barril, una marca que ya era cuestionada antes del anuncio de la OPEP+ y que, una vez confirmado el aumento de producción, se presenta como una quimera.

LA OPEP+ POTENCIA LA ESTRATEGIA DE TRUMP

La tanda de aranceles anunciada por EEUU el pasado miércoles impone un mínimo del 10% sobre la mayoría de los bienes importados por Estados Unidos, con tasas mucho más altas para productos de docenas de países. Esta medida intensifica las tensiones comerciales internacionales y eleva el riesgo de una crisis inflacionaria que frenaría el crecimiento económico, tanto dentro del país norteamericano como a nivel mundial.

«Entre las tarifas de Trump y el aumento de producción de la OPEP+, el complejo petrolero poco puede hacer ante un tipo de ventas no visto desde el colapso de la pandemia», ha señalado John Evans, corredor de petróleo en PVM, en una nota de la que se ha hecho eco Reuters. En opinión de este experto, el momento elegido por la organización para incrementar el flujo de crudo «es, francamente, asombroso».

aunque el petróleo no está incluido en la brutal ronda arancelaria impuesta por Donald Trump, la política tarifaria estadounidense acentúa el riesgo de disrupción en el comercio global, lo que mermaría la demanda de crudo

Y es que, aunque el petróleo no está incluido en la brutal ronda arancelaria impuesta por el presidente de EEUU, Donald Trump, la despiadada política tarifaria estadounidense acentúa el riesgo de disrupción en el comercio global, lo que mermaría la demanda de crudo.

MERCA2 se ha puesto en contacto con Andrei Boar, Director del Departamento de Estrategia Empresarial y Gestión de la UPF-BSM, la escuela de negocios de la Universidad Pompeu Fabra. Boar califica de «un poco suicida» la deriva arancelaria de Washington, aunque desliza que Trump tiene la intención de hundir los precios de los combustibles fósiles.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Imagen: Agencias

«Si el petróleo y la energía se han quedado fuera de los aranceles, es porque sabe perfectamente que el crudo es la materia prima de todo: transporte, electricidad… Por lo tanto, imponer un arancel a este producto tan básico es una forma de multiplicar la inflación» -comenta- «Lo que pretende Trump es tasar importaciones en los bienes de consumo, no bienes de primera necesidad como el petróleo. Porque si sube el petróleo, sube todo: no solo las importaciones, sino también los productos locales, por el efecto del sobrecoste de la energía».

Por consiguiente, el propósito de excluir a los hidrocarburos de las nuevas tarifas consiste en «hinchar solo los precios de los productos que vengan del exterior y que los productos de consumo local tengan el margen y su precio de venta más controlado». Una estrategia en la que gana Estados Unidos, el mayor productor mundial de petróleo, y pierden muchos otros.


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