sábado, 19 abril 2025

‘La Promesa’: Hay que profanar la tumba de Jana

El palacio de Luján empieza a experimentar una nueva tormenta de emociones en La Promesa. La desaparición de un niño y las intrigas de poder, un duelo que podría tener como resultado final la voladura de una familia son los ejes del capítulo 572, que se lanza el martes 8 de abril. Mientras unos personajes buscan mantener el control, otros buscan cruzar terrenos peligrosos; terrenos en donde la realidad podría ser más dolorosa que el silencio.

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En esta entrega, sobresale una decisión que hará temblar a los telespectadores de la ficción: Curro va a profanar la tumba de Jana, con la finalidad de descubrir qué es lo que le ha pasado a su hermana. Un extremo que promete tener efectos impredecibles. Entre tanto, los amores rotos y las alianzas inesperadas se yuxtaponen con unas heridas sin cerrar, en una trama donde nadie es seguro.

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EL DUELO QUE NO TERMINA

'La Promesa': Hay que profanar la tumba de Jana
Fuente: RTVE

Maria Fernández vive atrapada en un duelo incesante, en un estado de tristeza. Cada vez que camina por el palacio, le devuelve el eco de la risa de Jana. Su rutina se convierte para ella en un auténtico suplicio. El sufrimiento es tal que empieza a pensar en lo impensable: abandonar para siempre La Promesa. Teresa, que se da cuenta de su sufrimiento, llama la atención de Samuel, quien se pregunta si existe algo que pueda hacer para evitar que otra persona que ama se marche.

Samuel se dirige a hablar con María no para convencerla de que ejecute su proyecto de permanecer, sino para ofrecerle un lugar donde pueda expresar lo que lleva dentro. En un empleo cargado de emotividad, la protagonista afirma que no sólo le hace falta Jana, sino que ella siente un sentimiento de culpa por no haber hecho más por salvarla. «No es tu cruz llevarla», le responde Samuel; aunque esta frase suena vacía ante un dolor tan agudo.
El giro más fuerte de la novela está protagonizado por Curro.

Es una idea desgarradora, pero está convencido de que solo así se desvelará la verdad. «No es profanación, es justicia», se repite, a pesar de ser consciente de que esta decisión enfrentará a la familia y volverá a despertar fantasmas del pasado. No tarda en producirse la reacción: cuando Curro le expone el plan a Samuel, el sacerdote atina a horrorizarse. Exhumar un cadáver no es sólo una cuestión legal, sino moral, y teme las consecuencias que esa decisión podría tener para todos.

Pero Curro está decidido, y su obstinación se asimila peligrosamente a la de Catalina. ¿Nombre o justicia? La línea entre ambas es cada vez más delgada. ¿Está preparado Luján para afrontar lo que podría encontrarse debajo de esa lápida? La promesa de justicia por Jana podría costar muchísimo más de lo que cualquiera puede llegar a pagar.


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