La carretera es un escenario cotidiano donde la confianza puede convertirse en nuestra peor enemiga, haciéndonos olvidar que la seguridad depende de detalles que a menudo pasamos por alto. En esa constante búsqueda de concienciación, hay fenómenos menos conocidos pero igualmente letales que merecen nuestra atención, y uno de ellos es el llamado ‘efecto submarino’, un riesgo asociado al cinturón de seguridad que puede tener consecuencias devastadoras. Este peligro invisible, sobre el que la DGT insiste en alertar, se produce cuando, en caso de colisión, el cuerpo se desliza por debajo de la banda abdominal del cinturón, un movimiento que anula la protección para la que fue diseñado este elemento vital.
Entender este riesgo es fundamental porque transforma una herramienta de salvamento en un potencial causante de lesiones graves, precisamente por un mal uso que puede parecer trivial. El efecto submarino no es una leyenda urbana ni un tecnicismo para expertos en seguridad vial; es una realidad física tangible que ocurre con más frecuencia de la que imaginamos, vinculada directamente a cómo nos colocamos el cinturón de seguridad cada vez que nos subimos a un vehículo. Las campañas informativas de la DGT ponen el foco en estos detalles que marcan la diferencia entre salir ileso de un percance o sufrir daños internos severos.
4BLINDARSE CONTRA EL ABISMO: CÓMO EVITAR EL EFECTO SUBMARINO

La prevención del efecto submarino pasa, ineludiblemente, por una correcta colocación del cinturón de seguridad, un gesto que debería ser automático pero que requiere atención consciente para ser eficaz. La banda abdominal o pélvica debe ajustarse lo más bajo posible, ceñida sobre los huesos de la cadera (crestas ilíacas), nunca sobre el estómago o el vientre; la banda diagonal o torácica debe cruzar por el centro de la clavícula, entre el cuello y el hombro, y ajustarse sobre el esternón. Es fundamental eliminar cualquier holgura, tensando ligeramente el cinturón una vez abrochado, y quitarse prendas de abrigo gruesas que impidan un ajuste correcto al cuerpo.
Para colectivos específicos, las precauciones deben extremarse; los niños deben utilizar siempre el Sistema de Retención Infantil (SRI) adecuado a su peso y talla, asegurándose de que las correas estén bien ajustadas y colocadas según las instrucciones del fabricante. Las mujeres embarazadas deben asegurarse de que la banda inferior del cinturón quede siempre por debajo del abdomen, sobre la pelvis, y la banda superior cruce entre los senos y por encima del vientre, existiendo adaptadores específicos recomendados por organismos como la DGT si fuera necesario, para garantizar tanto su seguridad como la del feto. La postura en el asiento, con la espalda bien apoyada en el respaldo y este no excesivamente reclinado, también es clave.