sábado, 19 abril 2025

El efecto submarino: el peligro invisible del cinturón mal colocado que la DGT quiere que sepas

La carretera es un escenario cotidiano donde la confianza puede convertirse en nuestra peor enemiga, haciéndonos olvidar que la seguridad depende de detalles que a menudo pasamos por alto. En esa constante búsqueda de concienciación, hay fenómenos menos conocidos pero igualmente letales que merecen nuestra atención, y uno de ellos es el llamado ‘efecto submarino’, un riesgo asociado al cinturón de seguridad que puede tener consecuencias devastadoras. Este peligro invisible, sobre el que la DGT insiste en alertar, se produce cuando, en caso de colisión, el cuerpo se desliza por debajo de la banda abdominal del cinturón, un movimiento que anula la protección para la que fue diseñado este elemento vital.

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Entender este riesgo es fundamental porque transforma una herramienta de salvamento en un potencial causante de lesiones graves, precisamente por un mal uso que puede parecer trivial. El efecto submarino no es una leyenda urbana ni un tecnicismo para expertos en seguridad vial; es una realidad física tangible que ocurre con más frecuencia de la que imaginamos, vinculada directamente a cómo nos colocamos el cinturón de seguridad cada vez que nos subimos a un vehículo. Las campañas informativas de la DGT ponen el foco en estos detalles que marcan la diferencia entre salir ileso de un percance o sufrir daños internos severos.

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LAS CAUSAS OCULTAS: ¿POR QUÉ NOS DESLIZAMOS BAJO EL CINTURÓN?

Fuente Freepik

La causa principal y más frecuente del efecto submarino reside en una colocación incorrecta de la banda pélvica del cinturón de seguridad, un error que muchos conductores y pasajeros cometen sin ser conscientes del peligro que entraña. Llevar esta parte del cinturón demasiado alta, apoyada sobre el abdomen en lugar de ceñida a los huesos ilíacos de la cadera, es la invitación perfecta para que, en caso de frenazo brusco o colisión, nuestro cuerpo busque la escapatoria por debajo. La ropa demasiado voluminosa, como abrigos gruesos llevados debajo del cinturón, también puede contribuir a una mala colocación y a crear una holgura peligrosa.

Además de la posición incorrecta de la banda abdominal, existen otros factores que pueden favorecer la aparición de este peligroso fenómeno, aumentando el riesgo de lesiones graves. Reclinar en exceso el respaldo del asiento, una práctica habitual en viajes largos para buscar comodidad, modifica la geometría de nuestro cuerpo respecto al cinturón y facilita el deslizamiento por debajo; lo mismo ocurre con el uso de cojines sobre el asiento, que pueden alterar la altura y el ángulo de la pelvis. La DGT advierte regularmente sobre estas costumbres aparentemente inofensivas que comprometen seriamente la eficacia del sistema de retención más importante del vehículo.


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