La historia de Renacer está fundada en un motor que se reitera y se manifiesta como un poder absoluto: la lucha de una mujer por la recuperación de su identidad tras años de silencio. Esta mujer es Bahar, la protagonista, que va atravesando esa transformación dolorosa y, a la vez, necesaria, la que consiste, en el fondo, en romper cadenas para atender el llamado del corazón. Sin embargo, su viaje hacia la libertad resulta lleno de obstáculos, a cada paso que da parece que se vuelve a meter en otro nuevo lío.
El último episodio de la temporada dos de la serie más bien hace más dramática si cabe la acción, llevando a los diferentes personajes ante una encrucijada que determinará sus respectivas decisiones de aquí en adelante. Desde la llegada del arresto de Bahar hasta ese disparo que hiere a Evren, la trama concluye que renacer no es un territorio limpio, agradable y agradable, sino un campo de minas donde todo se enlaza como el amor, la traición o la supervivencia.
1RENGIN, LA VENGANZA DE UNA MUJER HERIDA

Rengin ya no es simplemente una oponente, sino un terrible ya una fuerza destructora sin límites. Su último movimiento: la denuncia contra Bahar por un supuesto delito de allanamiento de morada, y por la violencia. Este movimiento es una exhibición de poder. Al conseguir que la doctora sea detenida, mientras ella continúa en el mismo hospital, Rengin logra hacerle firmar un talón para que quede claro lo que le sucede a quien le hace frente a ella: acaba pagándolo.
Pero lo más terrible de todo es la proposición que hace a Timur: «Al menos si quieres protegerla, o si quieres salvarla, deberás sacrificarlo todo», va y le dice, para transformar su dolor emocional en un arma. La proposición a Timur de hacer una familia a su lado a cambio de la libertad de Bahar pone de manifiesto hasta donde el resentimiento es capaz de deformar un amor y Timur se encontrará a solas entre la lealtad y la desesperación: «¿Cómo se puede salvar a Bahar traicionándose a uno mismo?
La caída de Bahar en el hospital nos dice algo más que se la despide. La nueva jefa médica, Sureyya, se relaja para deshacerse de una contrincante molesta, como prueba de lo que recuerda el sistema cuando se rebelan. Bahar deja su trabajo, y nos muestra cómo el sitio donde ha entregado su vida la echa sin piedad. La escena de su arresto, frente a colegas igualmente con pacientes, nos ofrece una clara tradición de humillación, diseñada para que ella se quiebre, pero puede ser también el detonante de una gran rebelión.
Rengin no es solo una villana, sino una proyección de lo que Bahar podría haber llegado a ser si el dolor la hubiera corrompido. Dos mujeres que han amado a Timur, las dos han ido siendo traicionadas, pero mientras Bahar ha elegido la reconstrucción, Rengin ha elegido arrasar. La gran pregunta es: ¿Su sed de venganza la consumirá completamente o habrá un instante en el que incluso ella se cuestione su propia redención?