lunes, 7 abril 2025

Las duras declaraciones de Terelu Campos sobre su experiencia en ‘Supervivientes’: «Fue un infierno»

Terelu Campos ha vuelto a casa tras una experiencia intensa, física y emocionalmente desafiante en ‘Supervivientes 2025’. La comunicadora malagueña, de 59 años, aceptó el reto televisivo que tantos otros han temido, pero lo hizo con condiciones muy claras: su participación no sería como concursante oficial. Consciente de sus limitaciones físicas, no quiso convertirse en una carga para el grupo, aunque sí deseaba comprobar hasta dónde era capaz de llegar por sí misma. Y lo logró, aunque por un periodo de tiempo breve, demostrando que el valor no reside en la duración de la experiencia, sino en lo que se aprende en el camino.

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«Fue un infierno», dice Terelu Campos

A diferencia de su hermana Carmen Borrego, cuya mayor barrera fue emocional, en el caso de Terelu la dificultad estuvo en lo físico. El hambre, la precariedad, los insectos… nada de eso fue lo que la detuvo. Fue su cuerpo el que, en un momento dado, marcó los límites. La voluntad seguía intacta, pero la energía física comenzaba a escasear. El punto de quiebre, sin embargo, no fue solo el agotamiento acumulado, sino una tormenta que la marcó profundamente. La violencia del temporal fue tal que los participantes debieron ser evacuados de urgencia. Terelu lo recordó como el momento más duro de toda la experiencia. “Fue un infierno. Cuando estás dormida y de pronto te cae una gota y otra… Y a correr a refugiarte”, relató aún con el susto reflejado en sus palabras. Esos instantes de vulnerabilidad, donde la naturaleza impone su ley, terminan por desarmar cualquier coraza.

Durante una intervención posterior en ‘¡De Viernes!’, sus compañeros le preguntaron cuál había sido su momento favorito. Sin pensarlo, respondió que las noches en los Cayos Cochinos habían sido mágicas. Ella, a quien nunca se le había escuchado hablar con tanto lirismo, describió ese cielo estrellado con emoción inusitada. “No os puedo describir lo que es mirar al cielo allí por la noche. Por mucho que lo haga, nunca será suficiente”. En especial, recordó con intensidad su primera noche en Playa Misterio junto a Manuel, Anita y Montoya, cuando descubrió toda la Vía Láctea desplegada sobre sus cabezas. Fue un espectáculo natural que, según ella misma reconoce, no volverá a presenciar jamás de esa manera.

Pese al sufrimiento físico, la tormenta, el cansancio y el hambre, Terelu siente que ha salido reforzada de esta experiencia. Aunque fueron apenas 18 días, la huella que ha dejado en ella es imborrable. No solo emocional, sino también física. Ella misma ha reconocido, entre bromas, que ha perdido peso y que su figura se ha modificado visiblemente. Lo comentó con humor, sin pudores: “El culo ni verlo porque entonces ya es para llorar. Este pellejo es para llorar”, dijo riéndose al verse en un espejo tras su regreso. No obstante, la pérdida de peso fue solo un símbolo más de su transformación. Con un nuevo look, se muestra más ligera, despojada de inseguridades, e incluso ha bromeado con que ya no teme a los paparazzi cuando llegue el verano.


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