La telenovela turca que ha triunfado en todo el mundo vuelve a demostrar por qué es un fenómeno a nivel mundial. Con más de 120 países enganchados a su historia, «Una nueva vida» (Yeni Hayat) sigue desatando pasiones con un capítulo que es una mezcla de traiciones, violencia y decisiones que no tienen vuelta atrás.
El juicio del divorcio de Ferit y Seyran es el inicio de una guerra entre dos familias influyentes. La historia de la serie, tan cautivadora como un episodio de Grey’s Anatomy, protagonizada por Afra Saraçoğlu (Seyran) y Mert Ramazan Demir (Ferit), recoge las tensiones en el choque entre la tradición y la rebeldía, la pasión y el odio, en un relato donde los secretos familiares son las armas más letales.
1EL DIVORCIO QUE DESENCADENA EL CAOS

El silencio que se respira en la sala de los tribunales es tal, que puede cortarse con un cuchillo. Pero Seyran, un tanto resignada y un tanto determinada, estampa su firma en los papeles del divorcio que ha preparado concienzudamente Halis Korhan; para ella, la liberación de un matrimonio forzado; para Ferit, la herida que no sabe cómo cerrar. La joven no exige nada, ni propiedades ni dinero, como si quisiera erradicar el rastro de su paso por la familia Korhan.
Pero la tranquilidad es corta. Ferit, incapaz de contener su rabia, se abalanza sobre Tarik, el conflicto va más allá del simple enfrentamiento; cada golpe es un mensaje: la lucha entre los Korhan y los Sanli no muere con el divorcio. Mientras tanto, Kazim, el padre de Seyran, pierde el control al ver a su hija renunciar a sus derechos, su reacción violenta, el intento de asesinato a manos de Kazim en la mansión Korhan, es la señal de que el honor familiar se paga con sangre.
Por último, Saffet, el supuesto protector de los Sanli, exhibe las verdaderas intenciones detrás de su supuesto afán de lealtad; no lo hace por ser leal, sino porque detrás hay un interés personal. ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones en esta guerra? El intento de asesinato de Kazim en la figura de su hija llega a representar el punto de no retorno. La joven Seyran, atrapada entre el miedo que le insufla su familia y la decepción que le produce, comienza a preguntarse si en algún momento llegará a librarse del yugo de su familia.
En ese mismo instante, Halis Korhan observa la escena con una actitud indiferente, como si el sufrimiento de los demás pudiera ser un movimiento más, y nada más, en su partida de ajedrez. Ferit, por su parte, sucumbe a los vaivenes de la impotencia, incapaz de decidir si debería luchar o si debería rendirse. La tensión exacerbada de las dos familias llega a su clímax cuando Saffet toma distancia con Hattuc. Este hecho no se da de manera casual, ya que parece querer llevar a cabo un control absoluto sobre los Sanli
¿Estará planeando su propio reino, o será simplemente un títere más del Halis? Las hijas de Kazim, en especial Suna, terminarán siendo víctimas colaterales de un conflicto bélico que no eligieron. Tarik, con su falsa caballerosidad, consigue para ganarse la confianza de Seyran, aunque sus miradas revelan algo más que esconden. Cada una de las promesas que le lanza es, en sí misma, una garantía de alejarla de Ferit y facilitar su acceso a su propio poder.