A media mañana de este lunes, los títulos de Repsol cotizaban a 12,26 euros, una leve caída respecto a los 12,42 euros con los que cerró el viernes. Un peaje bursátil bastante económico considerando que entre ambas sesiones su negocio en Venezuela se ha llevado el peor varapalo posible: la retirada del permiso estadounidense para operar en el país sudamericano, cortesía del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Es prácticamente imposible, sin embargo, que la compañía dirigida por Josu Jon Imaz vaya a salir indemne del envite. Renta 4 ha emitido un comentario sobre la retirada de la licencia por parte de Washington, la cual considera «una noticia negativa que, pese a ser esperada, debería tener cierto impacto negativo en la cotización».
«Según nuestra estimación, el impacto en caja [de la retirada de la licencia para operar en venezuela] debería rondar el 5% del flujo de caja operativo esperado para 2025»
Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst en Renta 4
Pese a que, por el momento, la acción de Repsol resiste el embate, otras métricas se verán gravemente afectadas. «Según nuestra estimación, el impacto en caja debería rondar el 5% del flujo de caja operativo esperado para 2025», vaticina el análisis firmado por Pablo Fernández de Mosteyrín.
Pese a todo, la financiera reafirma su confianza en la energética, manteniendo la recomendación de ‘sobre ponderar’ y un precio objetivo de 17,8 euros por acción.
LA GEOPOLÍTICA SE ABATE SOBRE EL NEGOCIO DE REPSOL EN VENEZUELA
A través de las licencias, EEUU puede imponer restricciones que limiten actividades clave como la exploración, producción o comercialización de petróleo y gas, afectando directamente la capacidad operativa de las empresas.
Repsol solo es una de las muchas petroleras occidentales afectadas por la decisión tomada por la Administración de Donald Trump, justificada en las presuntas prácticas antidemocráticas del Gobierno venezolano liderado por Nicolás Maduro. EEUU ha aplicado el mismo tratamiento a sus propias empresas, siendo el de Chevron el caso más mediático.
El pasado 4 de marzo, el Departamento del Tesoro dio 30 días al gigante estadounidense de los hidrocarburos para cesar sus operaciones en Venezuela, plazo que posteriormente fue extendido. Washington va muy en serio en su propósito de aislar económicamente al Gobierno de Maduro, al que acusa de no avanzar en reformas electorales y en el retorno de migrantes.
DESDE SU LLEGADA A VENEZUELA EN 1993, REPSOL HA ACUMULADO UNA GRAN CARTERA DE ACTIVOS EN EL PAÍS, LLEGANDO A EMPLEAR A 131 PERSONAS Y GESTIONANDO IMPORTANTES YACIMIENTOS
Repsol se ha visto atrapada en este fuego cruzado, que ha acabado haciendo una tortilla con los muchos huevos que la compañía española tiene en el país caribeño.
Repsol llegó a Venezuela en 1993. En estas tres décadas, ha acumulado una fuerte cartera de activos en el país, llegando a emplear a 131 personas y gestionando importantes yacimientos de hidrocarburos, como el Proyecto Perla, Quiriquire Gas, Petroquiriquire (participada por Repsol en un 40%) y Petrocarabobo.
En total, se estima que el patrimonio de Repsol en el país supera los 500 millones de euros
A este bagaje hay que sumar el último gran avance de la energética dirigida por Josu Jon Imaz en la región: el mismo día de la reanudación de las sanciones llegó a un acuerdo con la empresa estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) para ampliar el área geográfica de la empresa mixta Petroquiriquire. Con este negocio, Repsol calculaba que su producción en el país se duplicaría, hasta llegar a los 20.000 barriles de crudo al día.
En total, se estima que el patrimonio de Repsol en el país supera los 500 millones de euros.
BRUSELAS ‘ESCURRE EL BULTO’
La reacción de la Unión Europea (UE) a la revocación estadounidense de las licencias -que perjudican a otras compañías del bloque, como la francesa Maurel et Prom– es, por el momento, inexistente.
El plan inicial de la Comisión Europea (CE) era activar un primer paquete de aranceles por valor de 8.000 millones de euros desde el 1 de abril y una segunda tanda de tarifas, con un impacto potencial de 18.000 millones, el 13 de abril.
Sin embargo, finalmente la cúpula comunitaria ha optado por sincronizar el calendario de ambos paquetes para activarlos al mismo tiempo a mediados de abril para poder tener en cuenta el impacto de los aranceles «recíprocos» que se esperan de Estados Unidos, pero también para dar más tiempo a los intentos de negociar una solución y de explorar otras opciones de respuesta.

La CE ha confirmado este lunes que no responderá a la decisión de Trump hasta tener la «imagen completa» del alcance de otras medidas que Washington ultima para esta semana, en referencia a lo que la Administración estadounidense llama «aranceles recíprocos» por el IVA.
«No puedo entrar en los detalles en este momento sobre potenciales acciones que pudiéramos anunciar esta semana, incluido este asunto (en referencia a Repsol), hasta que tengamos la imagen completa», ha dicho el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, al ser preguntado por ello en una rueda de prensa en Bruselas.
De este modo, el portavoz ha pedido ser «pacientes» hasta que se tengan todos los detalles de las decisiones que se esperan en Washington este miércoles, «y después podremos ofrecer algunas indicaciones sobre el curso de las acciones que planeamos».
UNA RESILIENCIA MÁS ALLÁ DE TODA DUDA
Pese a las adversas noticias llegadas desde la otra orilla del Atlántico, los resultados 2024 de Repsol son un testimonio indeleble de la firmeza de la petrolera española. Aunque su beneficio se desplomó, el mercado reconoció que el desempeño de la compañía superaba todas las expectativas en un ejercicio que fue toda una ordalía para el sector energético.
Repsol reportó un beneficio neto de 1.756 millones de euros en 2024, lo que representa una caída del 45% con respecto a los 3.168 millones de euros del ejercicio anterior, en un contexto marcado por los menores precios de los hidrocarburos y unos bajos márgenes de refino.
Mientras, el resultado neto ajustado del grupo, que mide específicamente la marcha de los negocios, alcanzó los 3.327 millones de euros en el conjunto del año, un 34% inferior a los 5.011 millones de euros de 2023. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la empresa en el periodo de enero a diciembre cayó un 19%, hasta los 7.488 millones de euros.