Poco a poco Madrid y otras ciudades han hecho lo posible para reducir el uso de los patinetes eléctricos. Es un problema que se ha llevado por medio el negocio de las empresas que los ponían en alquiler, como Lime o incluso Bolt. Sin embargo, estos vehículos han conseguido un espacio donde se mantienen vivos, pues están entre las opciones favoritas de los repartidores de Glovo y Uber Eats, sobre todo aquellos que siguen siendo autónomos, o bien que trabajan para una empresa de flotas que cuenta con que cada uno de los «rider» tenga su propio vehículo.
Es cierto que en muchos de los casos quienes operan como repartidores de Glovo o Uber Eats con los patinetes son los repartidores que se encuentran trabajando en la plataforma de forma ilegal, es decir, con cuentas alquiladas sin pasar por las exigencias de las plataformas. Al mismo tiempo, no es raro ver alguno registrado como usuario de bicicleta que recurra a estos vehículos por una emergencia, o incluso algunos repartidores usando por varias horas bicicletas del servicio de Bicimad, lo que se traduce en un problema en sí mismo por la cantidad de tiempo que estos vehículos terminan en uso.
En la práctica, este tipo de opciones de transporte no son lo ideal para estas empresas. Un rider que use un patinete ocupará menos espacio que uno que opere con una bicicleta eléctrica, y, por tanto, mucho menos que uno que opere en moto. Sin embargo, como lo demuestran, varias ofertas de trabajo para operar en las flotas que esperan servir como una de las opciones de Glovo para mantener una plantilla suficiente de repartidores, que sirva para mantener la velocidad de las entregas en diferentes horarios de la capital.
Para las plataformas es un riesgo más, pero para Madrid, que sigue viendo con malos ojos el uso de los patinetes eléctricos, y que ha eliminado las empresas dedicadas a su alquiler para usuarios regulares, señalando que es una función que puede cumplir el Bicimad. También es una realidad que en zonas como Lavapies es común escuchar a los vecinos quejarse de los problemas que generan los patinetes eléctricos, aunque es cierto que en sus quejas incluyen los problemas que generan también los usuarios particulares de los patinetes al usarlos en las plazas y las aceras en zonas peatonalizadas.
LOS RETOS DE LOS VEHÍCULOS DE GLOVO
La realidad es que el uso de los vehículos correctos es uno de los retos de Glovo de cara a su proceso de contratación de los repartidores. La empresa de entrega de alimentos ha asumido que el cambio de modelo costará unos 100 millones de euros, como lo ha repetido en varias entrevistas el consejero delegado y fundador de la plataforma, Oscar Pierre. Esto no solo incluye los nuevos sueldos de los repartidores, sino el costo de hacerse responsable de los vehículos de los diferentes riders.

Es que como autónomos se pueden permitir que cada uno de los repartidores se hagan responsables de sus vehículos, una realidad que cambia a la hora de tener a estos repartidores bajo contrato. La realidad es que incluso si piden un vehículo propio, al tener a sus repartidores con un contrato directo, deben ser responsables de que los mismos funcionen, y de sus reparaciones en caso de que estos tengan un accidente en horario laboral. Es una nueva situación que deben asumir desde el unicornio español como una pieza clave de una transformación que se sigue alargando.
En cualquier caso, con el verano, cuando Glovo espera haber completado este proceso, en el horizonte inmediato la empresa sabe que debe resolver estos retos. Los patinetes de momento seguirán de cerca la situación de las famosas mochilas amarillas, pero también es evidente que algunos de estos saldrán de circulación en la calle una vez que se complete el proceso de contratación.
GLOVO QUIERE DEJAR ATRÁS LOS RETOS LEGALES
Lo cierto es que para la plataforma el objetivo de completar este proceso de contratación es superar unos problemas legales que se han ido acumulando desde la aprobación de la Ley Rider. Aunque la empresa de entrega de alimentos recuerda que han ganado varios de estos casos, estos tienen un costo económico y reputacional y con la acusación de fiscalía sobre el propio Oscar Pierre, aun colgando sobre la empresa como una espada de Damocles, lo normal es que quieran completar este proceso lo más rápido posible.
Por lo demás, el tipo de vehículos que utilicen también es un dato interesante, aunque todo indica que la idea es mantener las opciones solo entre las motos y las bicicletas. De momento hay que esperar para confirmar exactamente como acaba lo que ha sido un proceso de transformación demasiado largo para Glovo, y que pone en alerta a sus competidores.