miércoles, 2 abril 2025

Adolescencia en Netflix: la manosfera, la principal preocupación para los padres

La serie Adolescencia, que se puede encontrar en Netflix, ha generado un intenso debate acerca de los riesgos que enfrentan los jóvenes en la actualidad digital. Más allá de su efecto en padres y educadores, el auténtico logro de esta producción es exponer una realidad que muchos desconocen, pero que está influyendo en una generación de adolescentes: la manosfera y su capacidad de inducir radicalización

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LA MANOSFERA: UN UNIVERSO DIGITAL PARALELO

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La adicción al móvil en un adolescente. Fuente: Netflix

La manosfera engloba una serie de comunidades online donde se debaten temas relacionados con la masculinidad, las dinámicas de género y las interacciones sociales. No obstante, muchas de estas conversaciones tienden a descender hacia actitudes misóginas y una negación de los avances en igualdad de género. Estos espacios, que proliferan en foros, plataformas de redes sociales y servicios de streaming, fomentan narrativas que varían desde la supuesta «opresión» masculina en la actualidad hasta la minimización de la violencia de género.

La serie Adolescencia muestra cómo un adolescente se ve atraído por estas ideologías, presentándolas como una vía para su autorrefuerzo y un refugio frente a la incertidumbre del crecimiento personal. En realidad, la manosfera se convierte en una situación donde miles de jóvenes se enfrentan a discursos de odio disfrazados de «proceso de autodescubrimiento».

DEL DESENCANTO A LA RADICALIZACIÓN

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La psicóloga tratando de entender la mente de Jamie Miller en Adolescencia. Fuente: Netflix

Uno de los principales riesgos que presenta la manosfera es su habilidad para atraer a adolescentes en situaciones de vulnerabilidad. Muchos jóvenes, en especial los varones, experimentan momentos de inseguridad y soledad, buscando en internet respuestas a sus preocupaciones. Ahí es donde entran en juego comunidades como los incel (célibes involuntarios), los MGTOW (Men Going Their Own Way, hombres que rechazan cualquier tipo de relación con mujeres) o los llamados Red Pillers, quienes creen que la sociedad está diseñada para favorecer a las mujeres en detrimento de los hombres.

Los incels, en particular, son un grupo alarmante. Su nombre proviene de «involuntary celibate», y agrupa a hombres que creen que las mujeres los rechazan de manera sistemática y que la estructura social está diseñada para privarles de oportunidades románticas o sexuales. En el interior de esta comunidad, proliferan discursos de odio hacia las mujeres, y en casos extremos, se justifica la violencia como una forma de represalia ante lo que consideran injusticias.

El contenido de estas comunidades suelen comenzar con mensajes de automejora y empoderamiento masculino, pero progresivamente se transforman en una narrativa de odio contra las mujeres, el feminismo e incluso la sociedad en su conjunto. La serie ilustra este proceso con una precisión inquietante: lo que empieza como un simple interés por el «despertar masculino» termina en la alienación y la justificación de la violencia.

PLATAFORMAS QUE FAVORECEN LA DESINFORMACIÓN

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Las redes sociales la principal herramienta para la manosfera. Fuente: Freepik

El crecimiento de la manosfera no podría haber ocurrido sin la colaboración involuntaria de las plataformas sociales. Servicios como YouTube, Instagram, TikTok y foros como Reddit han sido objeto de críticas por facilitar la propagación de estos discursos a través de algoritmos que priorizan contenido cada vez más extremo. 

Un joven que inicia su experiencia viendo videos relacionados con «mejorar su autoconfianza» puede, en cuestión de semanas, exponerse a material que respalda teorías de conspiración en torno al feminismo o a la » supremacía» femenina. La radicalización en el entorno digital no se produce de manera repentina, sino que es un proceso progresivo que Adolescencia retrata con precisión. 

CONSECUENCIAS DE LA MANOSFERA EN LA VIDA REAL

Los acontecimientos que se desarrollan en la red tienen repercusiones que trascienden su ámbito. En años recientes, se han documentado incidentes de agresiones y crímenes de odio alimentados por las ideologías difundidas en la manosfera. Desde ataques realizados por incels hasta el acoso online dirigido a mujeres destacadas, el efecto de estos discursos es palpable y amenazante. 

Para los jóvenes, la consecuencia se traduce en un alejamiento gradual de su entorno social, la consolidación de creencias extremistas y, en numerosas ocasiones, una percepción distorsionada de las interacciones humanas. La miniserie Adolescencia muestra esto a través de su personaje principal, quien evoluciona de ser un joven ordinario a una persona atrapada en una red de convicciones que lo separan de su familia y amistades

UN ABISMO GENERACIONAL QUE FAVORECE LA RADICALIZACIÓN

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Jaime Miller y su padre Eddie en comisaría tras el asesinato del menor. Fuente: Netflix

Uno de los factores que intensifican esta problemática es la falta de entendimiento que muchos adultos tienen sobre la realidad del mundo digital. Padres, docentes y educadores a menudo no son conscientes de la magnitud del entorno en línea en el que se mueven los adolescentes. Mientras los jóvenes pasan largas horas navegando por redes sociales y foros, muchos adultos permanecen ajenos a la existencia de estos espacios y a su influencia sobre los jóvenes.

Esta falta de comprensión contribuye a un creciente abismo entre generaciones. Los adolescentes, en su etapa de búsqueda de identidad y autonomía, pueden encontrar en estas comunidades un refugio donde se sienten escuchados y aceptados, mientras que sus padres y maestros se ven marginados, sin los recursos necesarios para intervenir de forma efectiva.

El resultado es un ciclo perjudicial: a medida que los jóvenes se sumergen en discursos extremistas, su desconexión con la realidad se incrementa, fomentando la creencia de que los adultos «no comprenden» sus desafíos. Sin un intercambio comunicativo adecuado y sin la habilidad para detectar señales de advertencia, muchos padres solo se dan cuenta de la seriedad del problema cuando ya es demasiado tarde.

¿QUÉ PUEDEN HACER PADRES Y EDUCADORES?

La respuesta no radica en la censura, sino en la educación. Los adultos deben reconocer el efecto de estas comunidades y aprender a identificar las señales de radicalización en los jóvenes. Promover el pensamiento crítico, dialogar abiertamente sobre estos asuntos y proporcionar espacios seguros para la discusión es vital para prevenir que los jóvenes sean atraídos por estas trampas en línea. 

Para lograr esto, es fundamental que educadores y padres se capaciten acerca de estos entornos digitales que influyen en sus hijos. No se trata de condenar internet, sino de comprenderlo y de guiar a los adolescentes. Así como en la realidad física se enseña sobre la tolerancia y la convivencia, en el ámbito digital también deben existir herramientas para mitigar la radicalización. 

Adolescencia no es sólo una serie impactante, sino también una advertencia. Ignorar la manosfera y su capacidad de atracción es dejar a los adolescentes vulnerables en un entorno digital desfavorable, donde la radicalización puede iniciarse con un simple clic. 


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