La Favorita 1922 se alza como un restaurante convertido en un polvorín de emociones a flor de piel donde cada uno de los personajes oculta algo debajo del delantal. El tercer capítulo de La Favorita 1922, que llega este lunes a Telecinco, promete seguir cautivando con una historia que ya ha enganchado a más de un millón de espectadores y que, con audiencias sin precedentes y cuotas de pantalla que superan el 17%.
Una opción que expone que -para la audiencia- ya no basta un simple producto de entretenimiento, empieza a necesitar a escena: pasión, intriga e ir a rememorar con personajes con los que se pueden sentir más bien reír y sufrir. Las deudas de Elena, las mentiras de Julio y la boda de Rosa son solo la punta de una isla en la nueva historia. Entonces, cuando el pasado llama a la puerta, los secretos quedan fuera del baúl. Pero en medio de este revuelo, un cabaret es un lugar abierto con potencial para una transformación… o una explosión.
2ANA EN LA FAVORITA

Ana ha sido siempre la parte creativa del restaurante y su nueva propuesta es arriesgada y a la vez brillante: espectáculos en vivo para acompañar las cenas. Para documentarse, visita un cabaret con Manuel, pero la noche no empieza bien cuando Cecilia, celosa, intenta hacer fracasar la salida. Lo que había empezado como un simple estudio termina con un encuentro inesperado, el de Roberto, un camarero que parece tener su propio misterio.
Ana aún no sabe de qué forma este flechazo puede cambiar el futuro del restaurante, pero una cosa es cierta: nada volverá a ser igual. Mientras, Manuel observa, Cecilia trama, el local se llena de música y de peligrosas tentaciones. El cabaret no es solamente un lugar de diversión, sino un espejo de los deseos más ocultos. Ana, fascinada por el mundo que descubre, se pregunta si La Favorita podría ser algo más que un restaurante.
Roberto, con su sonrisa enigmática y sus palabras calculadas, parece tener la llave de un mundo que ella no había imaginado. Pero cada paso en la dirección del centro del escenario la distancia un poco más de Manuel, cuya ausencia de palabra esconde una lealtad a prueba de bomba.
Cecilia, por su parte, juega sus cartas en la sombra. ¿Hasta dónde volverá para intentar sortear el acercamiento de Ana y de Manuel? En este triángulo de pasiones, el cabaret es solo el primer acto de una función que promete cohetes. Y mientras en el restaurante, los fogones continúan encendidos esperando a que alguien decida quién manda en la cocina.