La gestión del agua corriente en los hogares españoles constituye un asunto de vital importancia para la salud pública que pocas veces recibe la atención mediática que merece. El agua del grifo representa uno de los recursos más utilizados en nuestro día a día, pero son escasos los ciudadanos que conocen las recomendaciones existentes para garantizar su consumo seguro y responsable. Muchos expertos en salud pública llevan años alertando sobre hábitos incorrectos que pueden comprometer la calidad del agua que bebemos.
La Organización Mundial de la Salud ha realizado diversos estudios sobre la calidad del agua destinada al consumo humano, estableciendo protocolos de seguridad que deberían implementarse en todos los hogares. Entre estos protocolos destaca la denominada «regla de las cuatro horas», una sencilla medida preventiva que podría evitar problemas de salud relacionados con el consumo de agua estancada. Pese a su simplicidad y efectividad, esta recomendación permanece desconocida para la inmensa mayoría de la población española, incluso para aquellos ciudadanos que utilizan habitualmente el agua del grifo para beber o cocinar.
1LA REGLA DE LAS CUATRO HORAS: UNA MEDIDA PREVENTIVA ESENCIAL

Esta norma establece que cuando un grifo ha permanecido sin uso durante cuatro horas o más, resulta conveniente dejar correr el agua durante al menos 30 segundos antes de utilizarla. El fundamento científico de esta recomendación se basa en que el agua estancada en las tuberías puede acumular metales y otros componentes poco saludables, especialmente en instalaciones antiguas o con materiales de dudosa calidad. Aunque la mayoría de las personas no perciban diferencias organolépticas evidentes, los análisis químicos demuestran que la calidad del agua mejora significativamente tras ese breve periodo de circulación.
Los estudios realizados por diversas universidades europeas confirman que esta simple práctica reduce considerablemente el riesgo de consumir agua con concentraciones elevadas de plomo, cobre u otros metales. En edificios antiguos con instalaciones obsoletas, dejar correr el agua del grifo durante medio minuto puede disminuir hasta en un 90% la presencia de estos elementos potencialmente tóxicos para el organismo. Esta medida resulta especialmente relevante en las primeras horas de la mañana, tras el periodo nocturno en que las instalaciones han permanecido sin uso, o al regresar a casa después de una jornada laboral completa.