La DGT está a punto de dar un paso decisivo que podría cambiar para siempre la forma en la que se entiende la conducción en España. Tras años de debate y advertencias sobre los peligros del alcohol al volante, el Congreso ha aprobado la toma en consideración de una proposición de ley que reduce el límite legal de alcohol en sangre. La propuesta, impulsada por el PSOE, busca rebajar la tasa máxima de 0,5 a 0,2 gramos por litro en sangre, una medida que ya aplican otros países europeos con éxito.
Este primer paso parlamentario marca un antes y un después en la lucha contra los siniestros de tráfico. El respaldo de la mayoría de los grupos políticos, salvo algunas abstenciones y votos en contra, demuestra que el mensaje cala cada vez con más fuerza. Beber y conducir ya no es una combinación tolerable, y las nuevas sanciones podrían ser más duras que nunca.
1España sigue la estela de los países más estrictos

Noruega, Suecia o Polonia ya han implementado medidas similares con buenos resultados. Ahora le toca a España sumarse a este frente común por la seguridad vial. Con esta nueva tasa, el país se sitúa al nivel de los estándares más rigurosos de Europa, enviando un mensaje claro: tolerancia cero con el alcohol al volante.
El portavoz del PSOE, Manuel Arribas, ha sido rotundo al explicar que no se trata de beber poco, sino de no beber nada. La evidencia científica lo respalda: con una tasa de entre 0,1 y 0,5 gramos por litro, el riesgo de accidente mortal se triplica. La DGT, como organismo encargado de velar por la seguridad, apoya la iniciativa desde su raíz.