El final de Ni que fuéramos Shhh fue también la ocasión que RTVE ha considerado adecuada para hacer su despliegue más significativo hasta el momento en el tema del entretenimiento. La familia de la tele, un magacín que puede dar la sorpresa en la cadena pública porque su intención es la de asentarse como toda un revolcón en las tardes de la cadena.
La apuesta se puede considerar ambiciosa en la medida en que RTVE ha puesto al volante de la presentación a personajes como Inés Hernand, Aitor Albizua y María Patiño, sin despreciar a los rostros más célebres de Sálvame o a la opción de ofrecer un buen cocktail de información, cotilleo, contando con el espectador como elemento fundamental.
1LOS PILARES DEL NUEVO SÁLVAME

Con una trayectoria que supera la veintena de años desempeñando amplias funciones televisivas, gracias a diversos formatos a los que se ha ido adaptando y acoplando, María Patiño ha sabido convertirse en un paradigma de una honestidad, en la que la resiliencia va implícita. Su habilidad para tratar temas tabú, como los trastornos alimenticios o la salud mental, la han posicionado como una importante referente para millones de personas que se encuentran al otro lado de la pantalla.
Más allá de ser la periodista más experimentada, es una voz que desafía los estereotipos y que se manifiesta a favor de lo natural e incluso defendiendo la naturalidad frente a la perfección falseada. En La familia de la tele, su papel fundador para poder calibrar el tono del emergente programa será el de un entretenimiento socialmente relevante.
Su llegada a RTVE, además de ello, significará una reconciliación entre mundos, como son el del periodismo más tradicional y aquel en el que se garantiza un entretenimiento sin ambages. Patiño ha demostrado que no hay que renunciar a ambas partes, y que, a la vez, conseguimos estar en los dos mundos; algo que una cadena pública necesita a la hora de legitimar su incursión en dicho género, el de un programa de entretenimiento, que en el caso de La familia de la tele parece ser un reto, a la vez, uno de los riesgos más inconscientemente asumidos.
El conocidísimo Albizua, que trabaja como miembro habitual de Cifras y Letras y otros espacios de RTVE, es uno de los ejemplos más claros de lo que entendemos por una televisión pública: el rigor, la cercanía y el servicio. Su estilo periodístico, alejado de los sensacionalismos y los conflictos extremos, es el contrapunto perfecto en este tipo de formato con el salseo y el tratar temas de actualidad.
Su conexión con el público más joven, gracias a su actividad en redes sociales, le sirve para transformar temas complejos en novedades más amables. Es una pieza clave en este engranaje. Hernand, representante de una generación crítica que consume televisión, ofrece un discurso moderno y comprometido, espíritu igualitario y una capacidad de rechazo hacia los convencionalismos sociales que la convierten en esa voz tan necesaria en este espacio común.
No es solo una presentadora. Es una influencer de opinión que sabe llegar a la gente más joven. Su incorporación al grupo fue, además, la mejor prueba de cómo RTVE apuesta por contenidos de pluralidad en su audiencia.