martes, 1 abril 2025

‘Sueños de Libertad’: Begoña es un mar de dudas tras la muerte de Jesús

El capítulo 276 de Sueños de Libertad viene repleto de emociones dispares, traiciones encubiertas y alianzas inestables. La muerte de Jesús, por el contrario, continuará pesando aun no estando el personaje, los personajes que rodean la historia quedan impregnados de dudas y afinándose con la lealtad de los personajes de la novela. Begoña, que vive sumida en la incertidumbre, se encuentra temerosa por su futuro en la casa De la Reina.

Publicidad

Por su parte, Digna solicita consuelo a la capilla de la iglesia de la cual no sabe que ha oído sus palabras, una persona inesperada. Además, Don Pedro afianza su poder sobre la fábrica con una determinación que no deja lugar a los sentimentalismos. Su llegada al poder divide a los Merino: Joaquín lo idolatra, Gema lo cuestiona, Damián ya se está preparando para su contragolpe.

2
LA GUERRA ENTRE PEDRO Y DAMIÁN

'Sueños de Libertad': Begoña es un mar de dudas tras la muerte de Jesús

Pedro no solo ha asumido el dominio de la fábrica; ha establecido su propio dominio, su propio reinado. Desde ese despacho que le ha dejado para que lo decore a su manera emite órdenes de manera tal que parece estar convencido de que su estatus es tal que sólo él sabe que nadie se va a atrever a desobedecerlo. Sin embargo, Damián no es una persona cualquiera. «Aquí no va a haber rey que no sea un De la Reina», piensa mientras su mirada se dirige hacia el grupo de trabajadores, en buena parte inquietos por esos cambios de un momento al otro.

Pedro ha comenzado a deshacer antiguos convenios, y eso ha ido generando un descontento entre los trabajadores más antiguos, los que se permiten susurrar cosas de pasillo. Marta, que lo tiene todo localizado, percibe cómo Pedro intenta buscar su aprobación a la hora de tomar decisiones importantes. «¿Por qué a mí?», se vuelve a preguntar Marta, mientras se sumerge en unas cifras que no acaban de encajar. Algo tiene la mirada del nuevo director que la hace sentir un peón en un juego ajeno.

Cuando Carmen penetra en su oficina a fin de discutir el proyecto de ampliación, la tensión existente entre ellas alcanza el momento culminante de ebullición. «No es el momento», reclamaba Marta, aunque Carmen, obstinada, le contestó: «Nunca es el momento para nosotras». El enfrentamiento que existe entre ambas no es solo un enfrentamiento profesional, es un enfrentamiento generacional, y la posibilidad de la división en la familia es tal que puede quebrar a la familia más, de lo que ella ya se encuentra.

Joaquín, deslumbrado por su admiración hacia Pedro, no se percata de las fisuras que su esposa Gema sí ve. «No confío en él», le acabó diciéndole en voz baja durante una cena tensa, aunque Joaquín solo se ríe, como si achacase esa falta de confianza a los celos más absurdos. Lo que Joaquín no sabe es que Gema ha visto a Pedro reunirse a solas con alguien con quien no tiene nada que ver la fábrica, y con quien los intereses que defiende podrían no coincidir con los defendidos por los Merino. Si Joaquín no logra abrir pronto los ojos, podría perder todo, incluso la mujer que ama.


Publicidad