lunes, 31 marzo 2025

La deuda por las sanciones de Renfe retrasa el acuerdo de Talgo con Sidenor

La situación de Talgo sigue siendo complicada sin que se complete la esperada venta a Sidenor, que debería cerrar un capítulo complicado para el gran fabricante de trenes que se abrió con la oferta de ropa de la empresa húngara Magyar Vagon. El problema es que precisamente el retraso en la entrega de los trenes que hizo necesario un comprador es lo que en este momento tiene la operación detenida. 

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La deuda del fabricante con Renfe por las sanciones derivadas de los retrasos en la entrega de los trenes Avril, un problema que ha sido un dolor de cabeza tanto para el fabricante como para la empresa ferroviaria estatal, asciende hasta los 114 millones de euros. Es un monto que se ha transformado en un problema sin solución inmediata, incluso con la presencia de un comprador, y que obliga a Talgo y Renfe a renegociar la deuda para avanzar en el proceso de la venta de, al menos, el 29,9% de las acciones que controla actualmente Trilantic.

A esto se suma, como lo admite el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del País Vasco, Mikel Jauregi, en declaraciones recogidas por ABC, la deuda que Talgo tiene con los bancos. Sin embargo, las sanciones son un problema sobre el que el Gobierno tiene algo de control, con el propio Ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, buscando estrategias para aliviar las sanciones y que se pueda avanzar en el acuerdo con la empresa del País Vasco, y terminar de espantar a los posibles compradores extranjeros. 

Es que mientras Talgo y Sidenor resuelven esta situación, Pesa, desde Polonia, y la India Jupiter Wagons siguen moviendo sus piezas para intentar hacerse con el fabricante. Aunque en las últimas semanas CAF, el otro gran fabricante de vehículos ferroviarios español, se ha presentado como una opción para los grandes operadores de la alta velocidad fuera de la empresa estatal, es decir Ouigo e Iryo, para el resto del mundo Talgo parece ser todavía la principal opción para la construcción de trenes de ancho variable en el resto de Europa. 

RENFE ESTÁ OBLIGADA A EXIGIR EL PAGO DE LAS SANCIONES

En la práctica no hay muchas opciones actualmente para Renfe. Aunque el ministro de transporte se encuentra revisando opciones judiciales, el acuerdo firmado entre el fabricante y la empresa los obliga a exigir las compensaciones y lo cierto es que antes de la aparición de la oferta de Sidenor desde el ministro de transporte y desde la empresa estatal había dejado claro que estas sanciones también venían con una importante dosis de molestia con el fabricante por no hacer las entregas a tiempo. 

Oscar puente en un desayuno informativo. Fuente: Agencias
Oscar puente en un desayuno informativo. Fuente: Agencias

En cualquier caso, la empresa estatal y el propio Puente buscan estrategias para que la venta pueda seguir adelante. Que Talgo pueda resolver su problema industrial sin caer en manos extranjeras es una de las grandes prioridades del gobierno en este momento. De cualquier modo, será necesario seguir de cerca la situación y ver qué fórmulas intentan desde Renfe y el Gobierno para poder pasar la página de estas sanciones, o al menos retrasar su pago y facilitar un poco la situación de su posible comprador. 

TALGO EN EL MEDIO DEL HURACÁN

Lo cierto es que con el deseo europeo de conectar el continente a través de vías de tren de alta velocidad, Talgo se ha vuelto una empresa clave. Es cierto que para el resto de continente la empresa no es considerada estratégica, del mismo modo que si lo es en España, pero también es de las que más conocimientos tiene a la hora de diseñar y fabricar trenes de ancho variable, una pieza clave del rompecabezas para completar los sistemas de los países balcánicos y del este de Europa.

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A esta realidad se suma que la decisión de vetar la oferta de opa por parte de la empresa húngara también tiene un evidente peso político, en particular cuando al mismo tiempo se mantiene una conversación en todo el continente sobre el rearme. La explicación dada por el Estado español no solo era que Talgo es, por sus características y funciones, una empresa estratégica, sino que Magyar Vagon tiene conexiones directas con el gobierno de Viktor Orbán, y, por tanto, con el de Vladímir Putin. 


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