La primavera trae consigo el resurgir de la naturaleza y un cambio en nuestros hábitos alimenticios. Las frutas vuelven a cobrar protagonismo en esta estación con su explosión de colores y sabores que invitan a disfrutarlas en su máximo esplendor. Sin embargo, existe un secreto poco comentado sobre ciertas variedades que requieren especial atención en cuanto a su conservación.
El cambio de temperaturas que acompaña al inicio primaveral supone un reto para mantener la frescura de determinados productos. Contrario a lo que muchos piensan, no todas las variedades frutales deben almacenarse a temperatura ambiente cuando llegan los días más cálidos. Algunas necesitan seguir disfrutando del frío para conservar sus propiedades organolépticas y nutricionales durante más tiempo, algo que muchos desconocen y puede marcar la diferencia entre disfrutar de un producto en óptimas condiciones o desperdiciar alimentos de temporada que podrían haber durado más días en perfectas condiciones.
1LAS FRESAS Y FRAMBUESAS: JOYAS DELICADAS QUE EXIGEN REFRIGERACIÓN

Las pequeñas joyas rojas que tanto caracterizan a la primavera son, paradójicamente, algunas de las frutas más vulnerables cuando suben las temperaturas. Su piel fina y alto contenido en agua las convierte en candidatas perfectas para una rápida fermentación si no se almacenan correctamente. Los expertos en conservación alimentaria recomiendan mantenerlas en el frigorífico a una temperatura entre 2 y 5 grados centígrados para prolongar su vida útil hasta cinco días más que si permanecen a temperatura ambiente.
No conviene lavarlas hasta el momento de su consumo, pues la humedad acelera su deterioro y favorece la aparición de mohos. Estas frutas de temporada resultan ideales para el postre o como complemento del desayuno, pero requieren ese toque de frío constante para mantener intactas sus propiedades antioxidantes y su característico aroma. Un truco poco conocido consiste en colocarlas en recipientes aireados dentro del refrigerador, evitando apilarlas para prevenir magulladuras que acelerarían su descomposición y pérdida de nutrientes esenciales que tanto valoramos de estos pequeños tesoros.