Cada vez que se acerca el momento de ajustar los relojes, muchas personas comienzan a notar que su cuerpo no responde igual. El cambio de hora puede parecer una simple formalidad, pero sus efectos se sienten más de lo que imaginamos, especialmente en el sueño, la concentración y el rendimiento físico. Por eso, adelantarse a sus consecuencias es clave para sobrellevarlo sin sobresaltos.
Aunque esta modificación se hace durante el fin de semana, y eso facilita la adaptación a la mayoría, hay personas que lo viven como un auténtico desajuste. Si no quieres que este domingo se convierta en un quebradero de cabeza, te damos los mejores consejos para minimizar su impacto y seguir con tu rutina como si nada hubiera ocurrido.
2Mantener las rutinas es más útil de lo que parece

Una de las formas más eficaces de adaptarse al cambio de hora es no abandonar tus hábitos. Puede parecer tentador dormir un poco más el domingo, pero hacerlo solo contribuirá a que el lunes se haga cuesta arriba. Lo mejor es levantarse a la misma hora de siempre y evitar esas siestas que luego interfieren con el descanso nocturno.
El cuerpo necesita constancia, y cuando se le proporciona, responde mejor. Si conservas tus rutinas, desde los horarios de comida hasta el momento en que apagas la luz por la noche, reducirás las probabilidades de notar el desfase. Tu ritmo circadiano agradecerá esa disciplina más de lo que crees.