Cada vez que se acerca el momento de ajustar los relojes, muchas personas comienzan a notar que su cuerpo no responde igual. El cambio de hora puede parecer una simple formalidad, pero sus efectos se sienten más de lo que imaginamos, especialmente en el sueño, la concentración y el rendimiento físico. Por eso, adelantarse a sus consecuencias es clave para sobrellevarlo sin sobresaltos.
Aunque esta modificación se hace durante el fin de semana, y eso facilita la adaptación a la mayoría, hay personas que lo viven como un auténtico desajuste. Si no quieres que este domingo se convierta en un quebradero de cabeza, te damos los mejores consejos para minimizar su impacto y seguir con tu rutina como si nada hubiera ocurrido.
1El secreto está en anticiparse al reloj

Uno de los errores más comunes es no preparar al cuerpo para el cambio de hora. Acomodarse de golpe al nuevo horario suele provocar que al día siguiente cueste más despertarse, lo que se traduce en irritabilidad y cansancio. Por eso, la clave está en adelantar ligeramente la hora de irse a la cama durante los días previos.
Aunque llegues tarde a esta recomendación, puedes tenerla presente para la próxima vez. Ajustar tu descanso gradualmente en tramos de 15 o 30 minutos te ayuda a engañar al reloj interno y a evitar que el impacto sea tan brusco. Así, el lunes parecerá un lunes más, sin complicaciones extra.