El siguiente capítulo de La Promesa promete conmover los cimientos de la hacienda con revelaciones que harán cambiar el rumbo de la historia. Curro, en un acto de desesperación, le confiesa a Pía la inocencia de Cruz en el asesinato de Jana, iniciando una búsqueda por la verdad que podría costarles más de lo que piensan.
Mientras tanto, las alianzas se redefinen, los corazones dolidos buscan consuelo, y las amenazas se ciernen sobre quiénes menos lo creen. Un capítulo de la lealtad, el dolor y la venganza que danzan en un peligroso juego.
2ALIANZAS PELIGROSAS EN LA PROMESA

Leocadia estaba a punto dejar la casa de La Promesa, pero Alonso la logra convencer de que se quede. Este cambio de planes lleva a la mujer a unir fuerzas con Petra, la ama de llaves: «Solas somos despreciables, juntas seremos irresistible» suplica Leocadia, y sellan un pacto que puede ser perturbador para la hacienda.
Esa unión no es gratuíta. Petra, siempre muy avispada, ve en Leocadia la carta que le falta en su baraja para afianzar el poder de su influencia. ¿Pero hasta dónde está dispuesta a seguir? María Fernández, aún débil, se da cuenta demasiado tarde que en este juego no hay lugar para la piedad. La amenaza de despido es a la vez una advertencia, un recordatorio de que en La Promesa la debilidad es una debilidad que no puede permitirse.
Mientras tanto, Candela está luchando con sus propios fantasmas. La falta de Antoñito ha dejado un vacío que no puede llenar, aunque Simona, siempre atenta, parece adivinar que algo no cuadra. Cada risa forzada, cada evasiva, son un eslabón de una cadena que puede romperse en cualquier momento. ¿Cuánto tiempo podrá evitar la verdad hasta que alguien descubra su sufrimiento?