El próximo 3 de abril hará un año que se anunciaba la formación de la joint venture entre Orange y MásMóvil, MasOrange, la mayor teleco en España por número de clientes. La compañía acaba de anunciar que aumenta la velocidad 5G a sus clientes en un 40%, se ha adjudicado la gestión de las comunicaciones de Telemadrid, así como otros hitos. Sin embargo, a las puertas de esta efeméride la compañía ha reanudado los despidos bajo el paraguas del ERE planteado a primeros de septiembre hasta completar la cifra de los 650 trabajadores pactados en la negociación, que han provocado la intranquilidad de los trabajadores de la teleco.
A primeros de abril de 2024, durante la presentación de MasOrange como empresa, sus directivos reconocían al equipo agrupado de la nueva teleco y hablaban de la búsqueda de sinergias para evitar duplicidades cuando se les preguntaba por la posibilidad de que se produjeran despidos. La nueva compañía se estrenaba como la primera operadora en número de clientes, con unas 39 millones de líneas entre banda ancha y móvil y «el mejor talento del mercado: un único equipo formado por más de 8.500 profesionales y con más de 50.000 puestos de trabajo indirectos adicionales».
En este año ha conseguido presentar unos primeros resultados anuales con ingresos que ascendieron a 7.388 millones de euros, ha firmado un acuerdo Open RAN para la modernización de la red móvil con Ericsson, ha lanzado la primera solución completa para proteger a los niños en el uso de su primer móvil, adelantándose a la legislación española a ese respecto, cubre más de 3.500 municipios de España con tecnología 5G, se ha adjudicado el contrato para gestionar la conectividad de Telemadrid, y acaba de anunciar que aumenta la velocidad 5G en un 40% más rápida a sus clientes.
MasOrange se presentó como la primera operadora en número de clientes, con 39 millones de líneas entre banda ancha y móvil y «el mejor talento del mercado: un único equipo formado por más de 8.500 profesionales y con más de 50.000 puestos de trabajo indirectos adicionales»
Sin embargo, para alcanzar las sinergias necesarias, la compañía planteó el pasado mes de septiembre un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), por el que se produciría la salida de 650 trabajadores. Los despidos se produjeron en las semanas previas a la Navidad, pero se pararon para proseguir tras el periodo vacacional.
De los aproximadamente 80 despidos que quedaban pendientes se han producido en la última semana entre unos 20 y 30, según confirman a MERCA2 empleados y empleadas de la compañía afectados y representantes sindicales consultados. Por su parte, desde MasOrange han declinado hacer comentarios o valoraciones sobre estos nuevos despidos, y sobre el tipo de empelados y áreas de negocio a las que están afectando.
La compañía ya había advertido a los sindicatos UGT y Fetico a finales de febrero que en los próximos meses causarían baja otros 54 empleados, en teoría que habían pactado su baja aplazada. MasOrange tiene que finalizar el proceso abierto en el ERE como máximo el 30 de junio, hasta completar las 650 salidas pactadas.

MASORANGE Y LOS DESPIDOS POR BUROFAX
Tras conocerse la reanudación de los despidos, las fuentes consultados explican que casi todas las salidas se han iniciado el pasado miércoles día 19 de marzo, que ya acumulan entre 20 y 30 salidas en lo que va de mes, que se han producido entre la plantilla que originariamente era de Orange, todos de Madrid y principalmente de las áreas de Finanzas, Tecnología, Operaciones y Customer & Product.
También lamentan que la mayor parte de las salidas recaen en trabajadores y trabajadoras de mayor antigüedad y de más de 50 años, edad en la que se tiene un peor encaje en el mercado laboral, y de menos de 55 años, de manera que no pueden acogerse al Convenio Especial con la Seguridad Social (CESS), por el que la empresa tendría que pagar sus cuotas sociales hasta los 63 años, y con alto valor profesional por su experiencia. En estos casos, al despedirles antes de cumplir la edad, tan solo reciben una indemnización, pero ninguna otra cobertura.
Las salidas afectan también, según las mismas fuentes, a personas con reducción de jornada laboral por guarda legal (de menores o de personas con dependencia), y otras que están en situación de baja médica por enfermedad o accidente. Y no todas las comunicaciones de los despidos se producen de manera directa.
las salidas se han iniciado el pasado miércoles día 19 de marzo, se han producido entre la plantilla que originariamente era de Orange, todos de Madrid y principalmente de las áreas de Finanzas, Tecnología, Operaciones y Customer & Product
En más de un tercio de los casos «se han producido mediante el envío de un burofax«, y se dan casos en los que no pueden acceder a su puesto de trabajo porque el documento todavía no les ha llegado, «pero ya tienen anulado el acceso físico a las instalaciones», o bien que «ven que en cuenta bancaria les ha entrado un ingreso con el concepto finiquito, sin que nadie les haya advertido de su situación previamente». Incluso, «afectan a personas que para no coger una baja están teletrabajando», según explican y señalan que la situación es de «máxima tensión e incertidumbre» en el conjunto de la plantilla.
Cabe recordar que dos de los cuatro sindicatos que representan a los trabajadores de las compañías fusionadas, CCOO y USO, acudieron el pasado año a los tribunales para tratar de que declarasen nulas las formaciones de las mesas representativas formadas, una tras la fusión (en mayo) y otra después, en septiembre, para negociar el ERE, ya que consideraban que no se había respetado la representatividad sindical dejando fuera de ambas mesas al sindicato USO.
A mediados del pasado mes de febrero la Audiencia Nacional desestimó la demanda presentada por ambas formaciones para declarar ilegal la primera mesa de diálogo formada en mayo del año pasado. La mesa formada para el ERE reproduce una estructura sindical similar, por lo que solo queda por conocer qué opina el tribunal respecto al recurso presentado también por las dos organizaciones para anular el propio ERE en sí mismo, sentencia que se publicará previsiblemente después de Semana Santa.