lunes, 31 marzo 2025

Los trabajadores ilegales de Glovo empiezan a buscar otras opciones de trabajo

La conversación en grupos de redes sociales y plataformas de chat ha cambiado. Los repartidores de Glovo ya no hablan de qué zona de Madrid o Barcelona está sacando más pedidos, como lidiar con las lluvias o de los horarios más convenientes para ponerse la famosa mochila amarilla en la espalda y salir a trabajar. Últimamente, la principal conversación entre los repartidores del unicornio español fundado por Oscar Pierre es a donde pueden irse a trabajar, pues es evidente que no todos sobrevivirán al proceso de contratación ya iniciado por la empresa de Delivery. 

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Es una realidad tan inescapable como difícil de digerir para los riders. La realidad es que el propio Pierre ha dejado claro que no todos serán contratados, pues se requieren menos trabajadores bajo contrato que autónomos para operar la plataforma, y además en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia no todos los trabajadores tienen sus documentos al día, obligados a trabajar en negro mientras avanzan los eternos procesos de regularización. 

Esto ha hecho que estos trabajadores empiecen a buscar opciones. Aunque cada día hay más de ellos contratados por las empresas que tendrán flotas operando dentro de Glovo, los que siguen registrados como autónomos empiezan a sufrir de una falta de pedidos que terminan obligándolos a buscar soluciones. La más evidente de estas opciones es, por supuesto, Uber Eats, el principal rival de Glovo en Madrid, que sigue usando riders autónomos, pero no es la única opción. 

Desde puesto de vendedor, camarero o albañil cada vez son más las ofertas, otro tipo de empleos que se ven en los grupos de repartidores. Se suma que muchos de estos no exigen los documentos correctos, con algunos simplemente ofreciendo cubrir un par de turnos en algún local o ayudar con una limpieza o una reparación puntual. Es una solución temporal, en la que además ambas partes se arriesgan a consecuencias legales delicadas.

Al mismo tiempo, evidencia lo desprotegidos que siempre han estado los repartidores de Glovo y demás plataformas. Es cierto que la propia empresa ha intentado evitar algunos de estos problemas; sin embargo, la realidad es que no todos son fáciles de resolver, como lo demuestra la dificultad para limpiar la plataforma de trabajadores ilegales y de cuentas alquiladas sin cumplir con las exigencias de la plataforma. 

LA IMPOSIBLE SUPERVIVENCIA DE LOS RIDERS DE GLOVO

Lo cierto es que si algo demuestra las dificultades de los repartidores autónomos que siguen registrados en Glovo es que a pesar de la gran cantidad de días de lluvia de marzo, la mayoría asegura que sus datos no consiguen los números usuales de la temporada invernal. Tradicionalmente, la lluvia y el frío son algunos de los momentos más rentables para operar en la plataforma, y este marzo son varios los repartidores en Madrid que comparten que no han llegado a facturar 1000 euros a pesar de trabajar más de 8 horas al día. 

comida-Google

Se suma, por supuesto, que estos repartidores no tienen un sueldo fijo, a diferencia de los que pasarán a tener contratos directos con Glovo o con alguna de las empresas que ofrecerá su flota para la empresa de delivery. Esto hace que sus ingresos dependan solo de su facturación, y que deban encargarse de sus gastos, tanto de la compra de sus equipos de trabajo como de su mantenimiento, además de los gastos normales de cualquier trabajador y de las cuotas de autónomos necesarias para tener sus documentos en regla. 

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EL NUEVO MODELO NO PUEDE RECIBIR A TODOS LOS TRABAJADORES 

Lo cierto es que la empresa no ha ocultado que no están de acuerdo con la idea de que sus repartidores no son autónomos, y ha dejado claro desde el primer día que iniciaba este proceso de contratación por motivos sociales. Es evidente que quieren dejar atrás la larga lista de problemas legales que han asumido desde la aprobación de la ley rider. Es que incluso a pesar de que han tenido varias victorias en tribunales, estas tenían un costo económico y reputacional. 

En cualquier caso, tanto Glovo como su empresa matriz, la alemana Delivery Hero, han dejado claro que el proceso de contratación costará unos 100 millones de euros. Pero a pesar de que es la mejor decisión para la empresa, y una victoria política para los responsables de la ley rider, este proyecto también está dejando por fuera a un importante número de repartidores que no tienen una solución evidente. 


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