Ana Obregón ha vuelto a ser el centro de atención mediática tras pronunciarse de manera tajante sobre la polémica en torno al nacimiento de su hija-nieta, Ana Sandra. La actriz, que ha vivido meses de controversia debido a la gestación subrogada con el material genético de su hijo fallecido, ha señalado que el debate parece haberse calmado con el tiempo. «Ahora se han callado porque ven que es fruto de un amor desde la eternidad», ha declarado con firmeza, reiterando que el nacimiento de la pequeña responde a un deseo expresado por Aless Lequio antes de su fallecimiento.
1La polémica de Ana Obregón

Estas declaraciones han sido parte de una entrevista exclusiva concedida a la revista ¡Hola!, en la que la actriz ha compartido un reportaje fotográfico con la niña, mostrando detalles de su habitación y la celebración de su segundo cumpleaños. La fecha ha sido especialmente significativa para Obregón, quien ha vivido tres días repletos de emociones: su propio 70 cumpleaños el pasado 18 de marzo, el Día del Padre, que dedicó a su hijo, a su exmarido, Alessandro Lequio, y a su padre, y, por supuesto, el cumpleaños de Ana Sandra el 20 de marzo.
En la celebración, la presentadora y su nieta disfrutaron de momentos inolvidables, con una gran tarta, la presencia de una Minnie Mouse que cantó sus canciones favoritas, como «Flowers» de Miley Cyrus y «Shake It Off» de Taylor Swift. Pese a la festividad, Ana Obregón admite que desde la muerte de su hijo ha perdido el entusiasmo por su propio cumpleaños, pero la llegada de Anita le ha devuelto la ilusión. «Mi cumpleaños lo celebro poco. Desde que Aless se fue, no he tenido ganas. Pero con el de Anita he tirado la casa por la ventana porque quería que no se olvidara nunca», confesó. Para ella, su renacer ha coincidido con la llegada de su nieta, asegurando que «durante tres años estuve muerta… hasta que nació Anita. Con ella he resucitado. Por eso no he cumplido 70 años, sino dos». Estas palabras reflejan el profundo vínculo que siente con la niña y la importancia de su llegada en su proceso de duelo.
La actriz y bióloga no puede evitar recordar a Aless Lequio al mirar a su hija-nieta. De hecho, confesó que cuando le da el biberón, a menudo debe cerrar los ojos para que la pequeña no la vea llorar, ya que su parecido con su padre es asombroso. «Es un calco a su padre», expresó con emoción. Asimismo, reconoció que la maternidad que ahora experimenta es distinta a la que vivió con Aless, ya que en aquel momento su trabajo absorbía gran parte de su tiempo. «Ahora puedo dedicarme en cuerpo y alma a Anita, algo que no pude hacer con mi hijo porque trabajaba muchísimo para que lo tuviera todo económicamente. Me perdí muchas cosas», lamentó.