Televisión española vuelve a demostrar que el drama judicial puede ser tan adictivo como emotivo. Antena 3 estrena «Perdiendo el juicio», una serie que además promete engancharnos con una trama llena de giros y que también recupera a dos personajes muy queridos; Manu Baqueiro y Carol Rovira, que hicieron las delicias del público en ‘Amar es para siempre’. Esta ficción televisiva, ambientada en el mundo de los juicios, conjuga el suspense, la redención y las relaciones humanas en una propuesta que pretende marcar un antes y un después en las series nacionales.
La premisa de la serie gira en torno a la historia de Amanda Torres (Elena Rivera), una prometedora y brillante abogada que ve cómo su vida se viene abajo tras sufrir una crisis nerviosa en medio de un juicio. Tras su diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo, Amanda queda atrapada entre ser abogada y ser una abogada inestable. Sin embargo, en el camino que le espera desde su diagnóstico, aparece Gabriel Ochoa (Manu Baqueiro), un abogado con una empatía poco común, que la ayudará a salir a flote.
2REENCUENTRO BAQUEIRO-ROVIRA

Los seguidores de ‘Amar es para siempre’ y ‘Luimelia’ tienen razones para brindar. Manu Baqueiro y Carol Rovira vuelven a trabajar juntos, aunque esta vez lo hacen en unos personajes muy lejanos de los que eran en la serie anterior. Mientras que antes eran quizás la pareja más entrañable de la pequeña pantalla, ahora lo son en una relación mucho más irregular: él, el abogado que intenta salvar a su colega la hermana; ella, una acusada que lo pone todo en juego.
La parte que interpreta Rovira, Daniela, no tiene nada que ver con la dulzura de sus personajes anteriores. Acusada de asesinato el día de su boda, su historia no es otra que el lado más negro del relato. Un «no soy quien crees» en un diálogo de suspense es un indicativo de que absolutamente nada es previsible en esta serie.
La química de Baqueiro colaborando con Rovira va más allá de los guiones. Su capacidad para transmitirse tensión, complicidad y conflicto en igual medida se cuenta entre uno de los muchos sustentos de la serie. «Trabajar otra vez con Carol es como montar en bicicleta: aunque pase el tiempo, la conexión está. Eso se nota en la pantalla», ha afirmado Baqueiro en entrevistas.
La figura de la protagonista, Daniela, se presenta como un rompecabezas intencionadamente ambiguo. A medida que avanza la narrativa, nuevas facetas de su personalidad van surgiendo y planteando incluso dudas a los espectadores. ¿Es realmente inocente? Esa es la pregunta que todos acabaremos haciéndonos, nos dice Rovira con una sonrisa enigmática. Esta ambigüedad moral es un acierto del guion.
Gabriel, por su parte, se debate entre su papel de abogado y su lealtad a Amanda.
Baqueiro es capaz de ahondar en esta dualidad, mostrando a un profesional seguro pero de un hombre frágil en el terreno personal. «Gabriel no es un salvador; es una persona que también necesita ser salvada», dice el actor. Esa humanización consigue que nos acerquemos aún más a su personaje.