La vida es un montón de hilos retorcidos en «Renacer», y cada opción es una bola de hilo que no puedes ignorar. Suceden giros inesperados, se forjan alianzas poco logradas y se destapan secretos ocultos que tienen como consecuencia la destrucción de familias y de individuos, el episodio en cuestión que se emite hoy hace avanzar la historia de múltiples formas, pero, al mismo tiempo, cambia las perspectivas de los personajes.
Rengin, exhausta de ser finalmente apartada de lugar a lugar, orquesta su venganza con la pericia de quien ya no tiene nada que perder. Por su parte, Timur y Bahar tienen que enfrentarse con la realidad de su pasado a través de su hijo Uras, la beca de este en Londres coincide con la ocultación de una embarazo de Seren. Y, en el hospital, Sureyya viene a ser el corazón de una intriga que podría llevar a la muerte cualquier opción de reconciliación.
2UN ESPEJO DEL PASADO

La historia se repite, pero los protagonistas son ahora sus hijos. Uras está feliz con su beca para estudiar en Londres, pero no sabe que Seren oculta un secreto que podría arruinar sus planes. «¿Dejar mi futuro o asumir una responsabilidad que no era mía?», es el dilema que Uras se negará a afrontar hasta que sea demasiado tarde. Seren, atrapada entre el miedo y la culpa, duda: contarlo podría arruinar la carrera del hombre al que ama, callar sería traicionar a su hijo.
Bahar y Timur ven en ellos sus propias decisiones equivocadas tomadas en el pasado. Hace años, ellos también tuvieron que elegir entre amor y deber, y sus condenas aún los persiguen hoy. «No dejaré que Uras cometa mis errores«, repite Timur, aunque esa solución de alejar a Evren de Bahar no hace más que aumentar la confusión. En medio de este caos la madre de Seren, fría y calculadora, se convierte en el obstáculo que Bahar no tiene idea de como superar. Ahora el conflicto no es tan solo entre dos jóvenes, sino entre dos familias marcadas por el orgullo y las heridas abiertas.
Sin embargo, Seren no es la única en tener secretos. En un momento de vulnerabilidad, Uras le confiesa a un amigo que no se siente preparado para ser padre. Se pregunta, en un murmullo a modo de confesión, «¿y si todo lo que hago está mal, como hizo mi padre?» Este tipo de dudas lo inmovilizan. Cuando Sureyya retoma el asunto y hace coraje para insinuar que Seren debe tener «alguien que resulte más seguro», el conflicto de Uras se encuentra en pleno apogeo.
Bahar, atrapada en el meollo de la cuestión, trata de mediar entre ambos, y con cada palabra empeora aún más. «No puedes escapar de las responsabilidades que tienes», le sugiere a Uras, sin percibir que su tono se asemeja demasiado al de la madre de Seren. La coincidencia resulta cruel: ahora ella se muestra como quien asume la presión, pero Timur, curiosamente, es el único que parece querer dejar tiempo a los jóvenes.