LaLiga ha hecho cuentas y afirma que la piratería en el fútbol representa pérdidas anuales de entre 600 y 700 millones de euros para los clubes que la componen. Esa es la razón por la que el organismo lucha contra la piratería de las retrasmisiones de fútbol y trata de explicar esta guerra, por la que ha llegado a ordenar el bloqueo de IPs de internet, que junto al contenido ilegal contenían webs legítimas que se han visto gravemente afectadas. LaLiga insiste en explicar que el deporte corre peligro como industria y el problema debe atajarse con urgencia, ya que le 59% de los españoles reconoce haber accedido a contenidos deportivos ilegales al menos una vez al mes.
La información distribuida por LaLiga sobre los destrozos que la piratería hace en el sector del fútbol coinciden con el anuncio de la plataforma de seguridad de internet Cloudflare, contra la que la insitución futbolística ha vertido acusaciones de facilitar la piratería a través de sus sistemas de IPs, de que va a bloquear las conexiones que se raalizan a través de puertos HTTP en sus API, de manera que evitarán así exponer información confidencial de sus ususarios, y mejorarán la seguridad y la privacidad de las conexiones.
Con esta medida Cloudflare no va a facilitar en absoluto el rastreo y la identificación de los usuarios que acceden a cualquier contenido, sea pirata o no. Cloudflare va a posibilitar que la API pueda cambiar las direccones IP de una manera constante (dinámica), medida con la que los nombres de los clientes quedarán constantemente desvinculadas de las direcciones IP. Páginas web legales, como la de la Real Academia de la Lengua (RAE) o la propia ChatGPT se ha visto anuladas por los bloquos ordenados de LaLiga, y Cloudflare, en vez de aliarse con la organización, ha pasado a la ofensiva tecnológica para defender a los internautas y las webs legítimas que están sufriendo con esta guerra contra el pirateo de contenido en directo.
La piratería de contenidos deportivos «especialmente el fútbol» es un problema que «impacta a ligas y broadcasters (retransmisores de contenido en directo)» no solo en España, donde el problema es especialmente pertinaz, sino a nivel global. Por esas razón en la lucha contra el «fraude digital y audiovisual» el organismo que preside Javier Tebas no está solo, y por ello ha comenzado a implementar un enfoque global, y colabora con otras entidades similares de otros países para juntar reducir este tipo de delitos, con un enfoque puesto en la tecnología.
LaLiga reconoce que aunque el ecosistema tecnológico ha «transformado la forma en la que se consume contenido», también les ha enfrentado al grave problema del aumento «significativo del fraude» que en el ámbito deportivo ha sufrido tal crecimiento, que les ha llevado a adoptar «tecnologías avanzadas y modelos innovadores para proteger los derechos audiovisuales», y de paso, según quieren hacer ver, la experiencia de los usuarios que sí pagan. Insisten en afirmar que «el fraude digital y audiovisual es una de las mayores amenazas para la industria del deporte y el entretenimiento.

LALIGA PIERDE 700 MILLONES AL AÑO
Según los cálculos de la entidad, en el caso del fútbol, la piratería representa pérdidas anuales de entre 600 y 700 millones de euros para los clubes de LaLiga, una cifra que equivale a casi la mitad de los ingresos generados por derechos audiovisuales en una temporada.
Pero lo grave es que no son uno o dos piratas, una o dos organizaciones quienes les provocan estas pérdidas. Se trata de miles de personas anónimas, que no son delincuentes, pero si reflejan esa manera de proceder pícara, o bien ese carácter pillo, que se atribuye a los españoles desde hace muchos siglos. Y es que según sus investigaciones, el 59% de los españoles reconoce haber accedido a contenidos deportivos de manera ilegal al menos una vez al mes, «lo que subraya la urgencia de reforzar estrategias contra esta práctica», indican desde la organización de la industria del fútbol en España.
el deporte corre peligro como industria y el problema debe atajarse con urgencia, ya que le 59% de los españoles reconoce haber accedido a contenidos deportivos ilegales al menos una vez al mes
Desde LaLiga explican cómo desde hace varios años implementan un «enfoque global que combina tecnología avanzada, estrategias legales, cooperación institucional y campañas de concienciación«, basado en cinco claves que se fijan en la importancia de la cuestión tecnológica en el fraude digital y audiovisual, y no tanto en la tendencia a la picaresca de los españoles, o de los precios que pueden ser un revulsivo que decida a favor de la práctica de la piratería. Para la organización deportiva, la misma tecnología que facilita el problema, también ofrece soluciones.
La primera es la interconectividad, la que entiende como un «un escenario de oportunidades y desafíos». El ecosistema digital actual ha revolucionado la forma en que los aficionados consumen contenido, pero también ha facilitado el acceso a contenido ilegal. «Plataformas de streaming, redes sociales y servidores en la nube han permitido que los piratas informáticos intercepten señales legítimas y las redistribuyan haciendo uso de Cloudflare, Google Cloud, Telegram, WhatsApp y sistemas IPTV ilegales». Para contrarrestar a esto, LaLiga utiliza las mismas o mejores armas tecnológicas con las que ha desarrollado una «infraestructura tecnológica robusta» que permite detectar contenido ilegal en tiempo real, que dice asegura la protección de los derechos de emisión y la sostenibilidad del fútbol profesional.
El Big Data y análisis predictivo es para la institución deportiva un «desafío para prevenir el fraude». según explican, con el crecimiento del tráfico digital, el análisis de datos se ha convertido en una herramienta clave en la lucha contra la piratería. Así, desde el organismo utilizan sistemas de Big Data y Machine Learning (ML) con los que identifican patrones de comportamiento asociados al fraude. Estos le ha permitido detectar «más de 3.000 transmisiones ilegales por partido en España y Portugal».
Con las nuevas tecnologías analizan la distribución de contenido ilegal y predicen en qué momentos y plataformas este es más vulnerable, lo que aporta seguridad en las retrasmisiones y la capacidad de actuar con rapidez «ante nuevos métodos de fraude».
Plataformas de streaming, redes sociales y servidores en la nube han permitido que los piratas informáticos intercepten señales legítimas y las redistribuyan haciendo uso de Cloudflare, Google Cloud, Telegram, WhatsApp y sistemas IPTV ilegales
La tercera cuestión que atajan es que la piratería es un reto tecnológico, sí, pero no local, sino global, ya que el fraude audiovisual «no es exclusivo de España», porque mediante VPN, la estrategia de geobloqueos queda neutralizada y las fronteras tecnológicas se diluyen.
No obstante, LaLiga se queja de que en España «se piratea un 25% más que la media de la UE, con un crecimiento del 36,5% entre 2021 y 2023», lo que aseguran que tiene un impacto directo en la economía del fútbol, en los 42 clubes y en el desarrollo del deporte en nuestro país. Según indican, solo en el ciclo olímpico 2020-24, «la organización destinó alrededor de 200 millones de euros al Consejo Superior de Deportes (CSD) para fomentar el deporte de élite y el fútbol base».
Así, en su lucha, confían en la innovación y la adaptabilidad, porque si los piratas informáticos están en constante evolución, y desarrollan nuevas tácticas para eludir los sistemas de detección, «LaLiga ha creado «herramientas de monitorización automatizadas que permiten el bloqueo dinámico de direcciones IP, la desactivación de dominios piratas y la eliminación de contenido ilegal en redes sociales y plataformas de streaming«, según afirman.
Su su equipo antifraude colabora con empresas tecnológicas para exigir una mayor responsabilidad en la protección de los derechos de emisión. Sin embargo, grandes intermediarios tecnológicos, como Google, Cloudflare, Telegram, Meta y Alibaba, juegan un papel crucial e, insisten «deben asumir una mayor responsabilidad en la lucha contra la piratería».
Así, la organización ha desarrollado un «enfoque multidimensional para erradicar la piratería» con una estrategia que une la tecnología avanzada, la acción legal contundente, por la que se han «llevado a cabo procedimientos judiciales que han resultado en la eliminación de cientos de dominios piratas y el cierre de múltiples plataformas ilegales», la colaboración con otras instituciones, como reguladores y autoridades nacionales e internacionales «para actualizar las normativas y sancionar a los responsables del fraude audiovisual».
Por último, el cuarto pilar de su guerra antipiratería es la concienciación y la educación mediante campañas dirigidas a los aficionados, y a todo el público, al que advierten de los riesgos, incluso cibernéticos, de este tipo de consumo que pone en peligro «la sostenibilidad de fútbol y la seguridad digital de los usuarios.