Muchos conductores consideran un hábito cotidiano encender la radio de sus coches durante sus trayectos para amenizar el camino. La manipulación imprudente de la radio mientras se conduce se ha convertido en una de las infracciones más perseguidas por los agentes de tráfico en los últimos meses. Lo que para muchos parece un gesto inocuo, como cambiar de emisora o subir el volumen, puede terminar en una cuantiosa multa que oscila entre los 200 y los 3.000 euros, dependiendo de la gravedad de la distracción y sus posibles consecuencias.
La Dirección General de Tráfico ha intensificado los controles para detectar todo tipo de distracciones al volante, incluidas aquellas relacionadas con la manipulación de dispositivos multimedia. Este endurecimiento responde a las alarmantes estadísticas que sitúan las distracciones como causa principal en uno de cada tres accidentes mortales en las carreteras españolas. Los expertos en seguridad vial advierten que desviar la atención para manipular la radio supone recorrer decenas de metros prácticamente a ciegas, un riesgo que aumenta proporcionalmente con la velocidad del vehículo, y que puede tener consecuencias fatales tanto para el infractor como para otros usuarios de la vía.
1LA RADIO AL VOLANTE: UNA DISTRACCIÓN MÁS PELIGROSA DE LO QUE CREES

Las estadísticas son contundentes: según los últimos informes de seguridad vial, las distracciones al volante causan más del 31% de los accidentes con víctimas en nuestras carreteras. Manipular la radio mientras se conduce puede parecer una acción sencilla y rutinaria, pero implica apartar la vista de la carretera durante varios segundos. A una velocidad de 120 km/h, bastan apenas dos segundos distraído para recorrer más de 60 metros sin prestar atención a la vía, lo que equivale aproximadamente a la longitud de medio campo de fútbol.
El cerebro humano no está diseñado para realizar eficientemente dos tareas complejas de forma simultánea, como conducir y manipular dispositivos. Cuando un conductor desvía su atención para buscar una emisora de radio o ajustar el volumen, su capacidad de reacción disminuye considerablemente y aumenta el tiempo necesario para frenar ante un imprevisto. Diversos estudios realizados en simuladores de conducción demuestran que estas micro distracciones incrementan hasta en un 40% las posibilidades de sufrir un accidente, cifras que explican la creciente preocupación de la DGT por este tipo de comportamientos que muchos conductores siguen considerando inofensivos.