La salsa bechamel es una de las salsas madre de la cocina clásica y uno de los pilares de la gastronomía francesa. Su origen se remonta al siglo XVII y se atribuye comúnmente al chef italiano Antonio Carême, aunque se cree que sus raíces están en Italia, donde se preparaba una salsa blanca similar. El nombre «bechamel» se popularizó en Francia, y se dice que fue nombrada en honor a López de Bechamel, un chef del duque de Lousiana que difundió su receta.
La bechamel es una de las bases sobre las que se construyeron muchas recetas, incluyendo las fabulosas croquetas, que se han convertido en un plato típico en la cocina española. Las croquetas, que combinan la suave y cremosa bechamel con una variedad de ingredientes como pollo, jamón ibérico, pescado o verduras, son un símbolo de la cocina de aprovechamiento, ya que permiten utilizar sobras de otras comidas de una manera deliciosa y creativa.
Ingredientes para la bechamel

– 100 g de mantequilla
– 100 g de harina de trigo
– 1 litro de leche entera (puede ser semidesnatada, pero se recomienda entera para mayor cremosidad)
– Sal al gusto
– Pimienta blanca al gusto
– Nuez moscada al gusto (opcional)
Ingredientes para las croquetas
– 200 g de ingrediente principal (puede ser pollo, jamón, pescado, setas, espinacas u otro de tu elección)
– 1 huevo (para rebozar)
– Pan rallado (para el empanizado)
– Aceite de oliva o girasol (para freír)
Receta paso a paso: Cómo cocinar la bechamel perfecta para las croquetas

1. Preparación de la bechamel
Paso 1: Derretir la mantequilla
Comienza la preparación de la salsa bechamel en una cacerola a fuego medio. Añade los 100 g de mantequilla y deja que se derrita lentamente. Es importante no calentarla a fuego muy alto para evitar que se queme, ya que esto afectaría el sabor de la bechamel.
Paso 2: Incorporar la harina
Una vez que la mantequilla esté completamente derretida, añade poco a poco 100 g de harina de trigo. Utiliza un batidor de varillas para mezclar bien la mantequilla y la harina, formando lo que se conoce como un roux. Cocina esta mezcla durante unos 2-3 minutos, removiendo constantemente. Este proceso ayudará a eliminar el sabor de la harina cruda y a conseguir la base adecuada para la salsa.
Paso 3: Añadir la leche
A continuación, comienza a incorporar 1 litro de leche entera poco a poco, sin dejar de batir. Al principio, añade un chorrito, mezclando totalmente antes de agregar más. Esto ayuda a evitar la formación de grumos.
Cuando hayas incorporado toda la leche, continua batiendo a fuego medio, permitiendo que la mezcla hierva suavemente. Esto activará el almidón de la harina y comenzará a espesar la salsa.
Paso 4: Sazonar la bechamel
Una vez que la bechamel comience a espesar, es el momento de sazonar. Añade sal y pimienta blanca al gusto. Si lo deseas, también puedes rallarle un poco de nuez moscada. Este último ingrediente añade un matiz sutil que enriquece el sabor de la salsa.
Paso 5: Cocinar a fuego lento
Reduce el fuego y deja que la bechamel se cocine a fuego lento durante unos 10 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue o se formen grumos. La salsa debe quedar suave y cremosa. Si se espesa demasiado, puedes añadir un poco más de leche para ajustar la consistencia.
Paso 6: Enfriar la bechamel
Una vez que la bechamel esté lista, retírala del fuego y déjala enfriar un poco antes de usarla. Si la vas a utilizar para croquetas, es recomendable cubrirla con papel film para que no forme costra mientras se enfría.
2. Preparación de las croquetas
Ahora que tienes tu bechamel perfecta, es el momento de preparar las croquetas.
Paso 7: Incorporar el ingrediente principal
Escoge el ingrediente que desees para tus croquetas, ya sea pollo cocido desmenuzado, jamón picado, pescado cocido o vegetales salteados. Asegúrate de que esté bien triturado o picado, luego mézclalo con la bechamel que has preparado. La cantidad generalmente recomendada es de aproximadamente 200 g del ingrediente principal por cada litro de bechamel. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén integrados y la mezcla resulte uniforme.
Paso 8: Enfriar la mezcla
Deja que la mezcla de bechamel y el ingrediente principal enfríe en el refrigerador al menos durante 2 horas. Este paso es fundamental para que la mezcla tome consistencia, lo que facilitará la formación de las croquetas.
3. Formar y cocinar las croquetas
Paso 9: Formar las croquetas
Con la mezcla lista y bien enfriada, saca la masa del refrigerador. Humedece tus manos ligeramente con agua o aceite para evitar que se pegue y toma porciones de la mezcla. Forma pequeñas bolas o cilindros, del tamaño que prefieras, y colócalas en una bandeja.
Paso 10: Rebozar las croquetas
Prepara tres platos: uno con harina, otro con huevo batido y el tercero con pan rallado. Pasa cada croqueta primero por la harina, luego por el huevo batido y finalmente por el pan rallado, asegurándote de que estén bien cubiertas.
Paso 11: Freír las croquetas
En una sartén grande, calienta abundante aceite de oliva o de girasol a fuego medio-alto. Una vez caliente, añade las croquetas con cuidado, evitando que se amontonen. Fríelas durante 3-4 minutos o hasta que estén doradas y crujientes por fuera. Retíralas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
4. Presentación del plato
Paso 12: Emplatar las croquetas
Sirve tus deliciosas croquetas en un plato grande o en una bandeja. Puedes acompañarlas con una salsa de tomate casera, alioli o incluso una mayonesa de hierbas.
Consejos adicionales

– Variaciones: Puedes cambiar el relleno de las croquetas según tus preferencias. Intenta hacer croquetas de setas, espinacas con queso, o incluso de atún. Cada opción ofrece un sabor completamente diferente y atractivo.
– Salsas: Aunque la salsa de tomate es un acompañamiento clásico, puedes experimentar con salsas de yogur, salsas picantes, o una sencilla salsa de mostaza y miel para darle un toque especial.
– Congelación: Las croquetas se pueden congelar antes de freír. Simplemente colócalas en una bandeja en el congelador, y una vez que estén firmes, transfiérelas a una bolsa de congelación. Cuando desees disfrutarlas, solo debes freírlas directamente del congelador, ajustando el tiempo de cocción.
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