Conducir en España está cada vez más vigilado, regulado y sancionado. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dejado claro en los últimos años que su objetivo es minimizar cualquier conducta que ponga en riesgo la seguridad vial. Pero lo que muy pocos esperaban era que uno de los hábitos más cotidianos en carretera fuera a entrar en el punto de mira: pagar el peaje con el móvil.
Este gesto, que millones de personas realizan cada día sin pensar dos veces, podría convertirse pronto en una práctica sancionable. La normativa ya está clara respecto al uso del teléfono móvil en el coche, pero la aplicación de esa normativa en contextos como los peajes sorprende incluso a los conductores más precavidos.
3Un conflicto entre tecnología y normativa

La paradoja es evidente. La tecnología avanza a pasos agigantados, y muchos conductores ya no llevan dinero en efectivo ni tarjetas físicas. Todo se paga con el teléfono, desde un café hasta el repostaje del coche. Sin embargo, la legislación no se ha adaptado aún a este cambio en los hábitos de consumo.
Esto ha generado una situación ambigua en la que muchos conductores pueden estar cometiendo infracciones sin saberlo. El simple hecho de acercar el móvil al lector del peaje puede ser motivo de sanción, incluso si la maniobra dura apenas unos segundos.