martes, 1 abril 2025

Ofertas engañosas y trampas ocultas: así logran estafarte al comprar un coche de segunda mano

El mercado de vehículos de ocasión se ha convertido en un auténtico campo minado para los compradores desprevenidos. La búsqueda de un coche usado a buen precio puede transformarse rápidamente en una experiencia amarga cuando se cae en las redes de vendedores sin escrúpulos. Los anuncios de coches de segunda mano proliferan en plataformas digitales y concesionarios, ofreciendo aparentes gangas que, en demasiadas ocasiones, esconden verdaderas pesadillas mecánicas y financieras.

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La falta de regulación efectiva y el desconocimiento técnico de muchos compradores crean el caldo de cultivo perfecto para estafadores profesionales. Estos aprovechan cada resquicio legal y psicológico para maximizar sus beneficios a costa del bolsillo ajeno, empleando tácticas cada vez más sofisticadas para ocultar los defectos y problemas de los vehículos que ponen a la venta. Entre estas estrategias destaca una particularmente reveladora: impedir que el potencial comprador pruebe el coche, una señal inequívoca de que algo no funciona correctamente.

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PROBLEMAS OCULTOS: LOS DEFECTOS TÉCNICOS QUE NO QUIEREN QUE DESCUBRAS

Fuente: Freepik

El catálogo de defectos que pueden ocultarse en un coche de segunda mano resulta extenso y preocupante. Desde problemas en la transmisión hasta fallos eléctricos intermitentes, pasando por signos de accidentes graves reparados deficientemente o manipulaciones en el cuentakilómetros. Los vendedores deshonestos utilizan soluciones temporales como aditivos especiales para silenciar ruidos del motor o masillas para ocultar óxido y corrosión, aplicando técnicas de enmascaramiento que funcionan durante las primeras horas de uso pero revelan toda su gravedad cuando el comprador ya ha firmado todos los documentos y transferido el dinero. Estos parches temporales explican la insistencia en evitar pruebas de conducción extensas.

Las averías más costosas suelen ser precisamente las más hábilmente camufladas. Problemas en catalizadores, sistemas de inyección o fallos electrónicos complejos representan reparaciones que pueden superar los miles de euros. Los vendedores sin escrúpulos conocen perfectamente qué defectos buscan los compradores y cuáles pasan desapercibidos para el ojo inexperto, aprovechando esta asimetría de información para colocar vehículos que requerirán inversiones inmediatas muy superiores al supuesto ahorro obtenido con la compra. La práctica de desconectar temporalmente testigos de avería o resetear la centralita para eliminar códigos de error antes de mostrar el coche constituye otro clásico de estas operaciones fraudulentas.


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